Serenidad. Cocula, una pequeña ciudad donde reina el cártel Guerreros Unidos.
César Miguel Peñaloza Santana, alcalde del municipio guerrerense de Cocula, dijo ser el principal preocupado y el primero en condenar los hechos violentos de Iguala, y refirió que nunca se percataron de actividades ilícitas del grupo delincuencial "Guerreros Unidos" en su municipio, ni hubo denuncias por parte de los habitantes.
Además, dijo que tampoco tuvo conocimiento de la participación de los policías de su municipio en el caso Iguala; "Ni antes, ni durante, ni después", expresó en entrevista con Radio Fórmula.
Lo anterior luego de que la Procuraduría General de la República (PGR) detuviera a 14 policías del citado municipio, quienes participaron en la detención, traslado y entrega de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa a miembros del grupo criminal "Guerreros Unidos".
"Yo creo que ellos ('Guerreros Unidos') buscan la forma de acercarse a los policías, y creo que no nada más de nuestro municipio", añadió.
El alcalde señaló que ayer estuvo declarando todo el día en la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) y que desde el lunes la Policía Federal se hizo cargo de la seguridad del municipio, pues los agentes locales se encuentran declarando en la dependencia federal.
Sobre su declaración, indicó que en la SEIDO le preguntaron qué había hecho el 26 de septiembre, día de los hechos violentos de Iguala; él narró que les dijo que estuvo con su esposa en el informe de María de los Ángeles Pinera, presidenta del DIF y esposa del alcalde de Iguala, José Luis Abarca, pero que luego se fue a una comunidad de su municipio y posteriormente a su domicilio.
Agregó que declaró a la SEIDO que a él no le informaron que sus policías habían ido a Iguala, ni verbal ni por escrito en los informes que le dan.
Localizan más fosas
Integrantes de la Policía Comunitaria que buscan a los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, localizaron seis nuevas fosas clandestinas al poniente de Iguala.
El grupo destapó tres tumbas. En una de ellas se sustrajo cabello humano y huaraches. En la segunda se sacó un hueso y un guante. En estas dos, el olor era muy fuerte, por lo que presumieron que en el lugar fueron enterrados cuerpos durante este año o tal vez años atrás.
En la tercera excavación no se localizó ningún resto, sin embargo, los trabajos no fueron detallados como en las dos primeras, debido a que no contaban con el equipo adecuado.