Las autoridades federales, estatales y municipales prevén que los servicios públicos de primera necesidad tardarán en restablecerse en el transcurso de los próximos días e incluso semanas. (EFE)
La falta de alimentos, luz y agua potable es un problema que comienza a generar desesperación en los habitantes de Los Cabos tras el impacto del huracán "Odile" en la península de Baja California Sur.
"Estamos viviendo los momentos más críticos", dice Roberto, uno de los vecinos que se encuentra formado a las afueras del destacamento militar de San José del Cabo, en espera de que pueda obtener una caja de despensa con los productos básicos.
"No tenemos dónde comprar alimentos, la mayoría de la tiendas ya fueron saqueadas, no hay nada", señala.
Es casi medianoche del martes, la ciudad se encuentra en la oscuridad total, sólo la escasa luz de los vehículos que circulan, alumbran las calles. La gente camina en la penumbra, quienes tienen baterías para sus lámparas son los más privilegiados.
Durante el recorrido en las calles de Los Cabos, hay que sortear los postes de luz que no resistieron ante el embate de “Odile”.
A este escenario hay que agregarle, que también comenzó a escasear la gasolina en la ciudad, sólo tres estaciones de servicio - los únicos que tienen planta de luz- están abasteciendo del combustible en Los Cabos.
Por varias horas, se registra una larga fila de vehículos que se encuentran apostados en los alrededores de las gasolineras a la espera de llenar su tanque.
Las autoridades federales, estatales y municipales prevén que los servicios públicos de primera necesidad tardarán en restablecerse en el transcurso de los próximos días e incluso semanas.