Fieles, feligreses de Tierra Caliente, sobre todo de comunidades de Ciudad Altamirano, se congregaron desde anoche en la catedral calentana Fray Juan Bautista Moya para despedir al cura Gregorio López Gorostieta, cuyo cuerpo sin vida fue hallado este jueves tras ser reportado como desaparecido el lunes.
La misa de cuerpo presente en la catedral fue minutos antes de las 6 de la tarde de este viernes. No alcanzaba el espacio en la iglesia para la gente que acudió a decir adiós al padre. El cariño se demostró en la sede católica con lágrimas y flores, sobre todo blancas.
El Servicio Médico Forense (Semefo) trasladó los restos del párroco a Iguala el jueves. La dependencia, después de practicarle la necropsia, tardó más de un día para regresar el cuerpo del cura a Tierra Caliente.
Los restos de "Goyito" llegaron alrededor de las 17:30 a la entrada de Ciudad Altamirano, en la glorieta de "Los Niños Héroes", donde lo esperaban decenas de fieles, luego el cuerpo fue trasladado en una carroza fúnebre hasta la catedral, donde se ofició una misa, para posteriormente realizar un homenaje privado en el Seminario Mayor, que era su casa.
El obispo Maximino Miranda dijo que el padre, que actualmente daba clases de Liturgia y Teología en el Seminario de Ciudad Altamirano y que había sido vicario de dicha catedral, no merecía morir por ningún motivo de esa manera, como no lo merece nadie.
No obstante, señaló: "Tampoco Cristo merecía morir en la cruz, pero así son las cosas cuando uno no alcanza a comprender lo que es divino y se limita sólo a lo material".