Agradecido. José Ángel Romero, padre de Miguelito, da las gracias a todos los que apoyaron.
Miguelito despertó. Pasó una semana para que Guillermina García y José Ángel Romero vieran otra vez a su hijo despierto y escucharan su voz, algo que los doctores dudaban que sucediera.
"Gracias a Dios, él nos hizo el milagro", dice su padre José Ángel Romero.
El niño de 7 años había sufrido cuatro paros cardíacos y un derrame cerebral, a causa de un virus extraño. El domingo, el niño abrió sus ojos, pero no hablaba. Ese día los doctores decidieron retirar el respirador artificial, para que pudiera expulsar la flema o de lo contrario, corría riesgo de morir. Las horas siguientes eran cruciales para su sobrevivencia.
Para sorpresa de médicos, enfermeras y de sus propios padres, el niño evolucionó a tal grado que ayer pudo pronunciar sus primeras palabras. "Miguelito preguntó por nosotros y de inmediato las enfermeras nos llamaron", dijo José Ángel Romero.
El niño pidió una manzana, su fruta favorita, así como un yogur y unas galletas, que le antojó una enfermera, recordó José Ángel.
El hombre no se cansa de agradecer a todos los que apoyaron a Miguel. "Gracias a Dios, a los doctores y personas que nos ayudaron y que han estado al pendiente de él, gracias a sus oraciones porque aquí, cuando esperábamos noticias, vinieron y nos decían que estaban haciendo oración por él aunque no lo conocían, todo eso tuvo mucho que ver", dijo Romero.
Agradecido
Javier Quintero, presidente de Donadores Laguna, quien apoyó el caso, se dijo sorprendido por la mejoría. Agradeció a todos los laguneros que se solidarizaron con la familia.