Pobreza. En una humilde vecindad en el corazón de Iztapalapa, fueron encontrados los ahora detenidos.
La detención del exalcalde de Iguala José Luis Abarca y su esposa, presuntos autores intelectuales de la desaparición de 43 estudiantes, se efectuó sin disparos mientras que en otra operación fue arrestada una tercera persona por encubrimiento, dijeron ayer fuentes oficiales.
El procurador (fiscal) general de México, Jesús Murillo, informó en conferencia de prensa que Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda fueron arrestados a las 02:30 (07:30 GMT) de ayer martes en la delegación (demarcación política) de Iztapalapa en Ciudad de México.
"En otra acción en la misma delegación fue detenida Noemí Berumen Rodríguez, quien está siendo relacionada a esta investigación por el delito de encubrimiento y prestar auxilio a los presuntos delincuentes", dijo Murillo.
El fiscal indicó que los detenidos fueron entregados a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), "donde se les practicaron los exámenes médicos correspondientes y en este momento están declarando ante el Ministerio Público de la Federación".
"Ambos operativos se realizaron sin efectuar ni un solo disparo y en estricta observancia a los procedimientos de salvaguarda de los derechos humanos", enfatizó Murillo.
Señaló que las investigaciones continúan y que espera poder dar más información "en los próximos pocos días".
A su vez, el comisionado nacional de seguridad, Monte Alejandro Rubido, precisó que desde que Abarca pidió licencia como alcalde de Iguala pocos días después de la desaparición de los estudiantes en ese municipio el 26 de septiembre pasado, las autoridades comenzaron a buscarlo tanto en Guerrero como en otros estados.
Con base en los inmuebles de que eran propietarios Abarca y su esposa, así como en sus vínculos, se precisó que la ciudad norteña de Monterrey y la capital mexicana eran los lugares en que con mayor probabilidad podrían ser encontrados los prófugos.
Rubido indicó que se montaron "vigilancias discretas" de las personas que entraban y salían de los domicilios identificados, y a partir de éstas "cobró relevancia el nombre de Noemí Berumen Rodríguez, por lo que también se le dio seguimiento".