Crítico. Alejandro Solalinde criticó con dureza los actos de las autoridades en el caso Guerrero.
El discurso de las autoridades gubernamentales sobre derechos humanos es sólo una "máscara vacía sin ningún fondo", acusó el sacerdote católico y activista, Alejandro Solalinde Guerra.
El Premio Nacional de Derechos Humanos 2012 aseguró que la violencia registrada en Iguala, Guerrero, y la desaparición de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa son un claro ejemplo de falta de gobernabilidad.
"Es un claro mensaje de la falta de gobernabilidad del país, por lo que los ciudadanos estamos solos", dijo al ser entrevistado poco antes de participar en el XI Foro de Derechos Humanos del Sistema Universitario Jesuita en el plantel Puebla de la Universidad Iberoamericana.
El defensor de los derechos humanos de los migrantes aseguró que al retirar esa máscara de supuesta protección a los derechos humanos sólo queda la poca capacidad de las autoridades para proteger a la ciudadanía.
"Los políticos saben que se ha estado calentando cada vez más la situación, y la implicación internacional es tan grande que el gobierno de México ha desplegado una gran campaña en relaciones exteriores para decir que el país está bien", dijo.
El sacerdote, quien es director del albergue "Hermanos en el Camino", que proporciona asistencia humanitaria a migrantes centroamericanos, criticó el intento de las autoridades por encubrir la gravedad de la situación en Guerrero y al aseverar que éstas han sido las responsables de que sólo reine la corrupción, la ambición de poder y la simulación.