Siglo Nuevo

Diseño participativo

Arquitectura en colectividad

construyendo comunidades a través de diseño participativo, Sans Frontieres, Kenya.

construyendo comunidades a través de diseño participativo, Sans Frontieres, Kenya.

Aldo Villarreal

Las características intrínsecas de una determinada situación, llevarán a una solución arquitectónica diseñada para lograr una configuración física espacial, apropiada y acorde a las necesidades de un determinado sector social.

El diseño participativo ofrece una nueva visión acerca de lo que debería ser la actividad de diseñar. Con él, se entiende que la construcción de las ideas sobre los modos de habitar, es parte de un proceso social, en el que los aspectos y decisiones más relevantes serán tomados por las personas a través de su participación. Se trata de un principio que ha dado lugar a varias manifestaciones catalogadas como «diseño participativo».

Por tanto, no es de extrañar que el diseño, entendido como «manifestación cultural», haya tomado conciencia de las demandas de una sociedad que, cada vez y con mayor frecuencia, requiere y exige estar involucrada en la toma de decisiones de determinados aspectos que le afectan de una forma u otra. Se caracteriza por ser una construcción colectiva, es decir, entre diversas personas, que de manera directa o indirecta se ven implicados en la solución arquitectónica, a fin de lograr una configuración física espacial apropiada, que sea acorde a las exigencias, necesidades, valores y aspiraciones de un sector concreto y específico.

Existen diversos proyectos de investigación que son ejemplo de diseño participativo. Entre ellos, destaca el caso de la Torre David / Gran Horizonte.

EL RASCACIELOS DE LOS POBRES

Alfredo Brillembourg dirige junto a Hubert Klumpner el estudio multidisciplinario Urban-Think Tank. La oficina funciona como centro de investigación, y la academia ha desarrollado diversos proyectos de elevado impacto urbano en complejos entornos informales de Brasil y Venezuela.

Entre los premios con los que ha sido galardonado, se encuentra una de las distinciones más importantes de la arquitectura, el León de Oro de la Bienal de Venecia, por la muestra Torre David / Gran Horizonte, trabajo que documenta y saca a la luz la apropiación informal que ha tenido la torre abandonada en pleno centro de Caracas.

El proyecto llevado a cabo por Justin McGuirk, Urban-Think Tank e Iwan Baan, fue motivo de polémica entre la comunidad de arquitectura venezolana, y así lo demuestran cartas y artículos en periódicos locales e internet. La mayoría de los autores de estas cartas aseguraban que el proyecto apoyaba la ocupación ilegal, además de mostrar una visión distorsionada de la realidad de Venezuela.

La Torre David es el tercer rascacielos más alto del país, también conocido como El Centro Financiero Confinanzas. Tiene cuarenta y cinco pisos y 190 metros de altura en una superficie de construcción de 121 mil 741 metros cuadrados. Ubicado en la Avenida Andrés Bello, se encuentra en estado de completo abandono, y en su interior viven familias en condiciones precarias, instalados por la necesidad y la falta de respuesta por parte del gobierno. Son alrededor de dos mil 500 personas las que se amparan bajo la figura cooperativa habitacional Caciques de Venezuela.

Durante más de un año, Urban-Think Tank estudió cómo funcionaba la ocupación de esta torre de uso mixto, con apartamentos improvisados, tiendas e incluso un gimnasio en la terraza. La comunidad funciona bajo reglas y normas impuestas por los propios inquilinos.

Con sus claras y pronunciadas imperfecciones y carencias, la Torre David presenta una gran oportunidad para replantear la situación y reconsiderar cómo crear y fomentar comunidades urbanas. La instalación explora cómo funciona el asentamiento informal, maneras que el arquitecto responsable del edificio nunca hubiese concebido ni imaginado, y plantea que las dinámicas informales que se encuentran en los países en desarrollo, podrían servir como una fuente esencial de innovación y experimentación para los problemas urbanos existentes en la actualidad.

El proyecto pone sobre la mesa una importante reflexión sobre el futuro de la dinámica urbana.

BIENESTAR, EL OBJETIVO

Torre David / Gran Horizonte es uno de tantos proyectos que presentan arquitectos involucrados con una nueva forma de ver, entender y resolver una situación problemática para los miembros que la viven directamente, así como para su entorno.

Los proyectos que aplauden y respaldan esta visión novedosa, denominada «diseño participativo», encierran características y principios fundamentales pensados para resolver, mediante el trabajo arquitectónico y la participación ciudadana, los conflictos y situaciones que se reflejan, producto de una realidad no resuelta.

El diseño participativo nace de la capacidad de observar, conocer, asimilar, entender y explicar la realidad presente, a fin de poder brindar una situación óptima que garantice la calidad de vida y el bienestar de los habitantes de un determinado lugar.

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