Un joven estudiante originario de Alemania se desplazaba junto A otros alumnos de la universidad de Chapingo, en auto particular, fue herido por disparos de armas de fuego luego que no hiciera alto en un retén durante horas nocturnas. Como están las cosas, nervios de las partes que impiden reaccionar como es debido, la situación no es para menos. Un destacamento armado integrado por elementos con la excitación del momento, los nervios de punta, unos muchachos que responden a un alto por lo común pretendiendo burlarlo imprimiendo mayor velocidad a su vehículo, disparos con armas de grueso calibre atronando en la oscuridad que infunden más temor que respeto, la psicosis de una guerra sin cuartel. La frase de los revolucionarios de 1810 "dispara después viriguas".
En días muy anteriores a los actuales, el suscrito y otros decidimos asistir a un mitin político invitados por un aspirante a ocupar un cargo público. No valió la pena. Las mismas frases estereotipadas, los mismos adormilados aplausos, muecas de aburrimiento, un script de cajón repetido al pie de la letra en cada proceso electoral en el lapso del regreso una luz de linterna de mano que se interpuso en nuestro andar nos hizo detenernos a la vera del camino. La oscuridad nos rodeaba como si estuviéramos en una empolvada cripta mortuoria. Se escuchaban voces que delataban no estábamos solos. Eran voces de personas espirituales que semejaban rezos en una inmensa catedral con altas paredes construidas de murmullos y sollozos, no alcanzábamos a ver los rostros de quienes los producían dando la impresión de que eran almas en el purgatorio. A poco nos daríamos cuenta de que los estudiantes normalistas ya no estaban. Sus cuerpos los encontrarán tarde que temprano. Se dirá, a manera de responso, que fueron víctimas de su arrebatada juventud. Lo que no excusa lo que hayan hecho los uniformados o los maleantes o quienes hayan sido.
Dicen que en los hechos donde resultó herido el ciudadano alemán participaron entre 15 y 20 policías que están sujetos a protocolos de actuación por lo que se está investigando si se excedieron o no en el estricto cumplimiento de su deber. No obstante me pregunto si la responsabilidad ¿no alcanza a quienes los dotaron de armas de fuego? La pobre excusa de que los policías ordenaron el alto a una camioneta cuyo conductor no obedeció inmediatamente después escuchándose un ruido similar al de una detonación por lo que los agentes policiacos reaccionaron disparando sus armas de fuego hiriendo a un pasajero que iba a bordo de la camioneta transgresora. ¿Será verdad que hubo ese ruido o no los policías hicieron lo que se les ordenó?, para eso se les dotó del arma. Mal o bien obedecían órdenes.
Los policias, en este caso, hicieron lo que tácitamente se les ordenó, proteger el filtro de revisión a cualquier precio. Los que viajaban en el vehículo que no acató la orden de detenerse es del todo cierto que la imperante psicosis les impidiera actuar simplemente parando el motor. No es fácil distinguir a los buenos de los malos, se parecen tanto… Santa Rita de Casia, abogada, ruega por tus devotos, protégenos.