Una vez concluido el proceso de legislación sobre la Reforma Energética, los partidos políticos comenzaron un choque frontal sobre sus visiones del futuro inmediato para el país.
Mientras el PRI, en voz de César Camacho, su presidente nacional, aseguró ayer que México entrará en un proceso de modernización absoluto gracias a las reformas, PAN y PRD no fueron tan positivos al analizar el panorama.
"Estamos seguros que con el trabajo, el gran trabajo, realizado por los legisladores, este país ha dado pasos gigantes hacia el progreso, que es lo que queremos todos los mexicanos", señaló Camacho.
Por su parte, Miguel Barbosa, líder en el Senado por parte del Partido de la Revolución Democrática no estuvo ni cerca de la visión priista sobre los cambios.
"Esta reforma está destinada al fracaso; nosotros lo dijimos con claridad hace tiempo. Es una reforma hecha al vapor, sin cubrir los huecos dejados, sin aclarar elementos fundamentales para su utilización", precisó el perredista.
Un poco más cauto fue Gustavo Madero, líder nacional del PAN, quien, además de ensalzar el trabajo de sus legisladores "que fueron fundamentales con su visión de país", afirmó que si hoy por hoy alguien tiene responsabilidad ese es el Gobierno Federal, que tiene en sus manos ya las reformas por las que tanto empeño puso.
"El balón está ahora en cancha del gobierno federal; nosotros como partidos, como grupos parlamentarios, no podemos hacer mucho más de lo que ya realizamos. A ellos les corresponde ahora", apuntó el líder panista.