Torreón Peregrinaciones Calidad del aire Tránsito y Vialidad

Don José pide ayuda para poder sobrevivir

Sin trabajo. A sus 85 años pide dinero en las calles del Centro de Torreón, ya no puede trabajar y no tiene pensión.

Sin trabajo. A sus 85 años pide dinero en las calles del Centro de Torreón, ya no puede trabajar y no tiene pensión.

VIOLETA RODRÍGUEZ

José Gil Félix Rosales pide monedas a los transeúntes, dice que trabajó como vendedor de fruta y no pudo lograr una pensión. Con un letrero al cuello que dice: "Pido su cooperación, ya no puedo trabajar y no tengo pensión" el hombre espera recibir ayuda para sobrevivir.

"Ya me hice viejo, ya no puedo trabajar, ya ando en 85 años", además de los años y un tremendo dolor de rodillas, José asegura que tiene un "poco" de diabetes.

Dice que en su natal Jerez, Zacatecas, no había fábricas ni donde trabajar para poder lograr una pensión, ante esa situación decidió mudarse.

"Yo soy de Zacatecas, allá no había forma de hacer pensión, allá no había fábricas y todavía no hay".

En los años 60s José llegó a Torreón con sus hijos y esposa, relata que vendía fruta rebanada en un triciclo, su punto de venta era junto a la Alianza.

"Yo andaba allá para la Unión, La Fe, La Polvorera, todo eso andaba yo. Un señor me enseñó a trabajar la fruta, todavía vive, pero yo no conocía nada de eso. Yo trabajaba en la obra o en el campo".

Cuando las piernas de José dejaron de responderle decidió que era momento de retirarse, algunos de sus hijos le ayudan, pero dice que prefiere no molestarlos, sobre todo por sus nueras.

"Tengo seguro por un hijo, unos sí me frecuentan y otros no. Para qué le digo que todos, si me estaban dando, pero yo me aburrí de estar encerrado, de estar de 'oquis' y me puse a vender tunas, por eso mis hijos se enojaron".

Como en sus tiempos mozos, el año pasado José se compró una reja de tunas y se puso a venderlas en el sector Alianza, apenas sacó unos pesos para comprar comida, el problema fue que sus hijos se molestaron y lo regañaron.

José no fue a la escuela, no sabe leer ni escribir. El letrero que se colgó en el cuello se lo hizo un amigo, dice que tiene muchos.

Él quedó huérfano cuando era un niño y desde entonces ha sorteado innumerables viscisitudes.

"Yo no tuve escuela, quedé huérfano de padre a los 8 años. Viera nada más como sufre uno de huérfano, donde quiera lo hacen menos. Ya ni me quisiera acordar".

Leer más de Torreón

Escrito en: mendigos pordioseros

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Torreón

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Sin trabajo. A sus 85 años pide dinero en las calles del Centro de Torreón, ya no puede trabajar y no tiene pensión.

Clasificados

ID: 955377

elsiglo.mx