— Oscar Wilde.
Siempre hay dos caras de la moneda, dos versiones de una misma historia, consecuencias diferentes para quienes se enfrascan en una pugna y lados que se toman cuando dos personas entran en conflicto.
Las redes sociales son un canal de desahogo a través de cual muchos, mediante un proceso catártico, dan rienda suelta a la ira y a su frustración. Creo que todos hemos atravesado por un momento difícil en la vida y muchos de nosotros hemos caído en la tentación de publicar en nuestro estatus reclamos, estados de ánimo o palabras hirientes mencionando o no al destinatario (siempre hay un destinatario aun sin mencionarlo).
Es por esta razón que las redes son un espejo de lo que en realidad somos. Cada vez más, las redes sociales son un espejo de nuestra cotidianidad y proyecta quienes somos en realidad, aparte de mostrar al mundo lo que queremos que el mundo perciba también gracias a ellas mostramos nuestros alcances (pequeños o grandes) intelectuales, nuestras posturas políticas, nuestro dominio en uno u otro tema tabú, en fin, las redes son un amplificador de nuestra fama social (si es que tal concepto es aceptable, incluso válido) en todo caso habría que hablar de distintos estadios de la fama, en sociedad.
Así como el multitasking es una falacia según Manfred Spitzer, así también es una mentira que las redes sociales atenten contra la sociedad, por el contrario, son canales que destruyen un paradigma y abren posibilidades tales como comunicarnos y establecer relaciones con individuos con los que nunca pensamos tener contacto.
¿Cuantos de nosotros hemos descubierto en la charla casual con algún viejo conocido de quien tuviéramos una mala imagen porque nunca cruzamos palabra a una persona atenta, interesante y amena?
Por el contrario, ¿a quienes les ha pasado que al establecer contacto con una figura pública a través de las redes nos topamos con un sujeto lleno de envidias y de bajos sentimientos?
Nuestras redes sociales no son sólo redes digitales, recordemos que la familia es per se una red social que trabaja y funciona con parámetros definidos, diferentes a los de una asociación política, un club de lectura o una comunidad virtual como Facebook.
Como conclusión, las redes sociales digitales obedecen reglas precisas pero cada día mas se amalgaman con la realidad social existente para generar un todo que será la reputación global de la que gozaremos nosotros y nuestros hijos.
Charlemos de reputación en @_TORRESBERNAL