Atentado. Señala gobierno que el ataque fue obra de un grupo separatista ligado al terrorismo internacional.
China indicó ayer martes que la matanza con armas blancas de 29 personas en una ciudad meridional fue obra de separatistas ligado al terrorismo internacional, aunque los métodos de los atacantes y sus armas primitivas -cuchillos largos- hicieron creer a varios analistas que no recibieron ayuda del exterior.
Las autoridades han culpado a los secesionistas de la provincia occidental de Xinjiang del ataque del sábado en la estación ferroviaria de Kunming, a más de 1,500 kilómetros (900 millas) al sudeste. Fue con mucho el ataque más mortífero atribuido a los musulmanes de Xinjiang ocurrido fuera de la región, y fue una llamada de atención a los chinos de que el terrorismo puede atacar el cualquier lugar. Los miembros del grupo étnico musulmán uigur han librado una campaña latente de rebelión contra las autoridades chinas en Xinjiang, donde los enfrentamientos entre los uigures y los miembros de la mayoría china Han son frecuentes. Muchos observadores dicen que los uigures, de habla túrquica, protestan por sentirse marginalizados y creen que su cultura está siendo suprimida.
Beijing usa el argumento de una conspiración internacional para defender su represión de los uigures disidentes, pero no hay pruebas fehacientes que respalden los lazos con extremistas musulmanes extranjeros.
"Históricamente, los uigures han tenido dificultades para ser contados y atraer la atención del movimiento yihadista global", dijo Raffaello Pantucci, investigador basado en Londres del Instituto Real de Servicios Unidos.
PERSONAS
fueron brutalmente asesinadas en China.