Efemérides del Beisbol Lagunero
El 16 de julio de 2013, Santiago González, outfielder de Vaqueros Laguna, bateó jonrón con casa llena, lo que en el beisbol se conoce como "grand slam". El cuadrangular con tres compañeros en base se lo conectó al pitcher exligamayorista Rodrigo López, de los Diablos Rojos del México.
Diecisiete días después, el 2 de agosto, el mismo Santiago González volvió a conectar batazo de cuatro esquinas con tres vaqueros en las almohadillas, en esta ocasión al pitcher Edward Valdez, de los Sultanes de Monterrey.
¿Es fácil o es difícil batear un grand slam? Por principio de cuentas es una cuestión de oportunidad, pues no siempre se va a la caja de bateo con corredores en las tres colchonetas. En sentido estricto, se trata de algo que no está en la decisión del bateador. Aunque claro, el pelotero que encuentra tal situación, ajena a su voluntad, al tomar turno al bat ha de superar una cierta presión, pero desde luego que tiene que ser un bateador de poder, salvo un "grand chiripazo", de los que desde luego el beisbol no está exento.
En la campaña de 2013, la Liga Mexicana contabilizó un total de 1,806 cuadrangulares, de los que sólo exactamente 50 (entre éstos los dos de Santiago) fueron grand slam. Esto significa que hubo en promedio un grand slam por cada 36 jonrones.
Desafortunadamente la Liga Mexicana no lleva la estadística -y si la lleva no la pública- acerca del número de turnos al bat con tres corredores en base. En consecuencia, desconocemos cuántos bateadores se vieron en la oportunidad de acreditarse un grand slam. Sólo sabemos que de ese total desconocido, en 2013 en 50 casos tal oportunidad sí se aprovechó.
Como dato complementario, en 2013 Santiago González disparó 20 cuadrangulares, de los que dos fueron con casa llena. Un grand slam por cada diez jonrones. No está mal, si el promedio en toda la Liga fue de uno por cada 36 vuelacercas.
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