El 26 de julio de 1988 ingresó al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano el lagunero Horacio Piña, originario de Matamoros, Coahuila, quien en Liga Mexicana lanzó un juego perfecto (ver efeméride del 12 de julio), circuito en el que además ganó otros 99 encuentros y tuvo 68 descalabros y un magnífico 2.35 de efectividad.
En Grandes Ligas militó en siete diferentes equipos en ocho temporadas, entre 1968 y 1978, donde tuvo 23 juegos ganados y el mismo número de derrotas, con 3.25 de carreras limpias admitidas.
Otro 26 de julio, el del año 2003, por primera vez la Liga Mexicana autorizó la incorporación de refuerzos a los ocho equipos con derecho a participar en los playoffs de ese año, por la aportación que hicieron de peloteros para la integración de la Selección Mexicana.
Toda vez que el equipo de la Comarca no llegó a la postemporada ese año, los Diablos Rojos del México solicitaron al tercera base del Laguna, Lou Lucca, por haber cedido a Ray Martínez para la Selección; y Puebla que cedió al pitcher Pablo Ortega tomó a Isabel Girón, también del Laguna.
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