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Efemérides del Beisbol Lagunero

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JUAN A. GARCÍA VILLA

El 16 de octubre de 1943 la Directiva del Club de Beisbol Laguna, presidida por el Lic. Ángel G. Saravia, publicó en los periódicos de Torreón y tres días después en el diario capitalino La Afición, un extenso desplegado de una página. A través de éste dio a conocer haber recibido de la Liga Mexicana de Beisbol un telegrama en el que comunica que el equipo de Monterrey "ha sido declarado Campeón de Beisbol 1943".

La directiva lagunera, de la que también formaban parte los señores Nicolás Castañeda como tesorero, Lic. Rodolfo G. Treviño como secretario y como vocales Blas M. Garza, Ing. Domingo Valdés Villarreal y Dr. J.R. de la Fuente, consideró injusta tal declaratoria, la cual -dijo- es "la última medida que nos arrebató un campeonato que nos correspondía legítimamente". Y para demostrarlo, da cuenta de la serie de arbitrariedades de las que el equipo de la región fue objeto.

Dice que cuando sus adversarios vieron que Laguna marchaba muy bien durante la campaña y a pesar de existir el acuerdo de la propia Liga de permitir la contratación de hasta tres pitchers extranjeros por equipo, se pretendió que Laguna sólo tuviera dos. Frustrado este intento de atropello por asistirle la razón a Laguna, se tomó entonces el acuerdo de que todos los clubes se quedaran con sólo dos lanzadores extranjeros, por lo que Laguna se vio obligado a dar de baja a uno de los tres contratados. Se revocó pues una decisión oficial anteriormente tomada, sólo con el evidente propósito de perjudicar a Laguna.

El segundo atropello consistió en la anulación del juego que Laguna le ganó a Puebla el 31 de julio de ese año, ya vigente la disposición de sólo poder contar con dos pitchers extranjeros. Esa anulación fue por haber lanzado por Laguna en juego nocturno Terry McDuffie, sin haber "ningún fundamento ni base alguna de la Liga que lo autorizara". Si el campeonato lo perdió nuestro equipo por sólo medio juego frente a Monterrey, significa que de no habernos anulado este triunfo, Laguna sería el campeón.

La tercera violación consistió en la utilización de una pelota no oficial por el Club Monterrey en el segundo juego de la última serie que se verificó en esa ciudad (ver Efeméride del 2 de octubre). "Nuestro mánager, sigue diciendo el desplegado del Club, presentó la protesta respectiva al ampáyer en jefe (Harry L. Donovan) según nos declaró personalmente informó en el sentido de que efectivamente se había usado dicha pelota (no oficial). Hasta la fecha desconocemos la resolución que haya dado el Alto Comisionado de la Liga, que no podía ser otras sino la declaración del juego perdido por el Monterrey por la infracción señalada".

La última violación fue no haber obligado la Liga al equipo de Puebla a completar el roll de juegos, pues le faltaron dos de llevarse a cabo en Torreón para completar los 90 de la temporada, "con la sola excepción -decía un acuerdo tomado por la Liga- de los casos de fuerza mayor, que serán juzgados por todos los presidentes de los clubes, mediante voto por escrito", cosa que nunca sucedió para dispensarle a Puebla el no jugar ese par de encuentros, por lo que al no presentarse este equipo al terreno de juego, "según constancia que obra en nuestro poder suscrita por el ampáyer John V. Mullen", debió entonces la Liga acreditar a Laguna dos triunfos por default, y con ello la declaración de ser el campeón del año 1943.

Asimismo hizo notar la Directiva de Laguna lo "curioso del criterio del Alto Comisionado" de la Liga, Teniente Coronel Octavio Rueda Magro, al afirmar que la obligación de cumplir el roll de juegos termina el último día del calendario aprobado, lo cual no fue obstáculo para que él mismo indicara de que en caso de empatarse el campeonato, entonces Laguna "debía jugar con el Club Alijadores de Tampico, un juego que con anterioridad había resultado empatado entre ambos", lo cual obviamente habría de suceder después del último día de la temporada. Entonces, para unos casos sí y para otros no, el llegar al último día del calendario de juegos es definitivo.

Por lo anterior, la directiva lagunera advirtió "que mientras la Liga Mexicana de Beisbol profesional siga por ese sentido equivocado, nos consideramos desvinculados por completo de la Liga".

En el año siguiente, el de 1944, el Unión Laguna no regresó a la Liga Mexicana y se incorporó a la naciente Liga Nacional.

Otro 16 de octubre, el del año 2005, un juego que se fue a 11 entradas entre Centenarios de Gómez Palacio y Lerdo de la Liga Mayor, terminó 1 carrera a 0 a favor del primero por espectacular cuadrangular de Luis Eduardo García. Los aficionados conocedores calcularon en más de 500 pies la distancia de este tremendo batazo, probablemente el de mayor recorrido en la historia del Estadio Laguna.

jagarciav@yahoo.com.mx

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