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Efemérides del Beisbol Lagunero

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JUAN A. GARCÍA VILLA

El 4 de noviembre de 1957 los lectores de El Siglo se enteraron que la tarde del día anterior, domingo, un modesto campesino de Gómez Palacio de nombre Isidro "Chilo" Esquivel estuvo a punto de lanzar un juego perfecto en el campo J. Agustín Castro (aproximadamente donde hoy se ubican instalaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social), para llevar a su equipo "Talleres Sánchez Hermanos" a la victoria sobre el también "Talleres Ramón García", por anotación de tres carreras a cero. Con este triunfo, el equipo de Esquivel se adjudicó el subliderato del Torneo Relámpago de segunda fuerza organizado por la Liga Gomezpalatina de Beisbol.

Esa tarde en que estuvo inspirado, Isidro Esquivel no permitió un solo hit, en buena medida gracias al estupendo desempeño del parador en corto Zeferino "Mantecas" Campa, quien degolló varios batazos con etiqueta de imparable; además Isidro ponchó a siete y "su hazaña -dice El Siglo- se vio manchada con dos embasados por pasaporte", si bien ninguno llegó a pisar la segunda colchoneta.

Dos bases por bolas separaron a "Chilo" Esquivel de la inmortalidad, pues hasta la fecha no se tiene noticia de un solo juego perfecto en toda la historia del beisbol aficionado en La Laguna. Quizá, de haberse efectuado ese encuentro siete u ocho décadas antes, Esquivel habría lanzado juego perfecto. ¿Por qué? Por lo siguiente:

Hace algún tiempo el licenciado y amigo Homero del Bosque Garza me hizo una pregunta muy interesante. "¿Por qué -me interrogó- tienen que ser cuatro bolas malas para obtener la base?".

Me puse a investigar y hallé cosas muy interesantes. Entre otras, lo relativo a la base por bolas. Como el esquema del beisbol se fue diseñando "por aproximaciones" a través del tiempo, hasta llegar a ser el juego perfecto que es, resulta que hacia 1876 se necesitaban 9 (nueve) bolas malas para que el bateador recibiera pasaporte a la inicial, y en el caso de ser golpeado por un lanzamiento se consideraba a éste sólo como una bola mala. Cuatro años después, en 1880, se necesitaban ya únicamente 8 (ocho) lanzamientos fuera de la zona de strike para llegar a la primera. Dos años después, en 1882, el número se redujo a 7 (siete) y luego en 1884 a 6 (seis). En 1886 el número volvió a ser de 7 (siete) y el año siguiente se estableció en 5 (cinco), hasta que finalmente en 1889 quedó en 4 (cuatro) bolas malas para recibir boleto gratis a la primera base. Servido estimado Homero.

Otro 4 de noviembre, el de 1950, los directivos de la III Liga Mayor de Beisbol de La Laguna, informaron que a fin de acatar lo dispuesto por el Estatuto de la Federación Deportiva Mexicana, tomaron el acuerdo de dar al circuito un carácter netamente aficionado, para lo cual será necesario prescindir de los jugadores profesionales, que "afortunadamente -dijeron- su número es reducido", por lo que consideraron no causará mayores problemas a la Liga. El acuerdo fue notificado a la Asociación Lagunera de Beisbol.

jagarciav@yahoo.com.mx

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