El 6 de diciembre de 1950 la directiva de la Liga Mayor de Beisbol de La Laguna celebró sesión extraordinaria para tratar como asunto "de vital importancia" lo relacionado con la "tirantez planteada por la Asociación Lagunera de Beisbol" al considerar a la Liga Mayor como circuito profesional.
Al término de su junta, los directivos de la Mayor informaron a la prensa "que no existe razón legal alguna para considerar que cada player (jugador) que participe en este circuito sea considerado profesional, en primer lugar porque nadie cobra un solo centavo y en segundo porque sólo la Federación Mexicana de Beisbol puede hacer esta calificación, para lo cual sería preciso contar con el informe del director general de Educación Física, quien tendría que solicitar, por su parte, el del director regional, profesor (Armando) De Pablos".
Agregaron los directivos de la Liga Mayor que también se acordó comunicar su organización e iniciación de labores a la Federación Mexicana de Beisbol y hasta su solicitud de ingreso a la Asociación Lagunera de Beisbol. Expresaron, asimismo, que mientras en México sí se les atiende "aquí, inexplicablemente, se les rechazó", situación que ya dieron a conocer -dijeron- a las autoridades del beisbol amateur radicadas en la capital del país.
No aclararon, sin embargo, los de la Mayor, por qué razón no atendieron las reiteradas invitaciones que les hizo la Asociación Lagunera de Beisbol a tratar este asunto, mismo que la propia Liga Mayor le planteó inicialmente y luego se desentendió de él, cuando la Asociación les propuso desahogarlo en los términos de las disposiciones aplicables vigentes. Vaya, un claro ejemplo práctico de aquello que reza: si una cosa es sencilla, ¿por qué no complicarla?
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