Efemérides del Beisbol Lagunero
El 10 de diciembre de 1950, domingo, en la Liga Lerdense estuvo "a punto de lanzarse un juego sin hit ni carrera", no perfecto, del que dieron cuenta los periódicos de Torreón.
No es nada fácil ni de todos los días, ciertamente, lanzar un juego como el de ese domingo, y desde luego menos aún perfecto. De hecho no se sabe que en toda la historia del beisbol lagunero haya habido uno solo perfecto ni profesional ni semiprofesional ni amateur.
Pero este que nos ocupa no fue siquiera sin hit ni carrera. Se efectuó en el Campo Ejidal (a un lado del Vivero Lerdo, donde ahora se ubican escuelas técnicas) y estuvo así:
Por el equipo Cruz Blanca de Torreón empezó en la lomita el pitcher Benjamín García, quien sólo pudo sacar dos outs de la primera entrada pero como concedió cuatro bases por bolas le anotaron una carrera y tuvo que ser relevado. Entró entonces a tomar su lugar Jesús Muñoz, quien sin mayor problema consumó el tercer out que faltaba de la primera entrada. A continuación despachó en riguroso orden las siguientes siete entradas y dos tercios, de tal manera que en el noveno rollo, cuando ya había sacado dos outs, a Muñoz le conectaron el único hit que batearon los contrarios.
Desde luego que la labor del pitcher relevista Jesús Muñoz fue digna de reconocimiento, pero en sentido estricto ni lo que él lanzó ni todo el juego fue un sin hit ni carrera. Fue un encuentro en el que el trabajo combinado de ambos pitchers fue de un hit, cuatro bases por bolas y una carrera, limpia inclusive.
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