Efemérides del Beisbol Lagunero
El 22 de abril de 1980 el gran toletero mexicano Héctor Espino, "El Niño Asesino" o "El Supermán de Chihuahua" como era conocido, jugando para los Diablos Blancos de Unión Laguna contra Cachorros de León, inició en el Estadio Superior de Torreón una serie de once turnos al bat en los que conectó de manera consecutiva otros tantos imparables.
Hasta entonces nadie había conseguido esta marca. En el pasado, siete peloteros habían logrado batear sólo hasta diez imparables en riguroso orden, uno tras otro, a saber: El cubano Pedro Formental (quien gustaba que lo llamaran "Perico 300") jugando para los Tuneros de San Luis en 1946, es decir, 34 años antes de que Espino en Torreón viniera a terminar con su marca.
El segundo fue el famoso Barney "El Grillo" Serrel del Tampico en 1947. Luego el espectacular cubano Roberto "El Guajiro" Ortiz de los Rojos del México en 1948. Después Thomas Watson de los entonces Tigres capitalinos en 1955. El quinto fue Luis Márquez del Poza Rica en 1962; el siguiente fue un conocido de la afición lagunera, Rommel Canada, en 1972 pero jugando para Saraperos de Saltillo. Y el séptimo, antes de que Héctor Espino deshiciera en Torreón esa marca, fue Miguel Suárez de los Diablos Rojos del México en 1973.
Todos ellos acumularon hasta diez hits consecutivos. Pero nadie, nadie había llegado a once.
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