El amor de boca en boca
Cientos de estudios, análisis y experimentos han abordado la naturaleza del acto de besar; se trata de uno de los ejercicios más emblemáticos, intensos y placenteros que poseen los seres humanos, su origen y razón siguen siendo objeto de debate en todas las culturas.
Código social, reflejo biológico o costumbre histórica, sin importar lo que se diga de este tema, siempre resulta complicado encontrar una definición exacta de lo que significa un beso.
Técnicamente, es cuando dos personas unen sus bocas o cuando una persona pone sus labios sobre alguna parte del cuerpo de otra; para llevar a cabo este simple gesto, se movilizan en promedio unos 32 músculos del rostro. Cuando el beso se realiza, se liberan químicos en el torrente sanguíneo y se acelera el ritmo cardíaco.
No obstante, todas las personas que alguna vez han besado saben que no sólo significa poner los labios sobre otra persona, sino que el sentimiento, el contexto y miles de factores más, hacen que los besos sean simplemente «únicos y especiales». Un beso placentero puede cambiar un estado de ánimo o una vida entera.
Saber la fecha exacta en la que se dio el primer beso de la historia humana es imposible, sin embargo, se conocen algunos textos antiguos (1500-1800 a. C.) de la cultura india, que hablan sobre los besos como una práctica sexual. En otras culturas también se reconocía esta práctica como símbolo de afecto o distinción, aunque probablemente uno de los besos más famosos y antiguos es el llamado «beso de Judas», episodio del Nuevo Testamento de la Biblia, donde Judas, discípulo y amigo de Cristo, le da un beso en la mejilla a su maestro para indicarle a los romanos a quien deben capturar, a manera de traición.
En la cultura griega, la actividad de besar en la boca se realizaba entre los maestros y sus alumnos como símbolo de respeto y cercanía, también se permitían besos entre padres e hijos o familiares muy cercanos, poco a poco la costumbre se fue perdiendo con el paso de los años y la mezcla de ideologías.
Estos antiguos registros han llevado a los científicos a plantearse si los besos fueron generados en algún punto de la historia o si forman parte de nuestro código genético, es decir, que se ubican en nuestra biología. Al respecto, Charles Darwin, en su estudio “La expresión de las emociones en el hombre y en los animales”, asegura que besar tiene un origen ligado a la alimentación de las madres primates con sus crías, quienes masticaban la comida para depositarla luego de boca a boca en los recién nacidos y facilitar su digestión.
BESOS «DESTACADOS»
En el campo de las artes, la literatura y el ámbito público, los besos han sido más que abordados, “dame mil besos y luego cien mil, luego otros mil, luego cien mil”, es parte de los poemas de Catulo a Lesbia en el siglo I a. C.
“En un beso sabrás todo lo que he callado”, escribe Pablo Neruda, “el primer beso no se da con la boca, sino con la mirada” de Tristan Bernard, “un mundo nace cuando dos se besan” de Octavio Paz, y otras reflexiones similares se han creado en el mundo de los libros cuando se hace referencia al acto de besar.
En las artes plásticas son dos las obras que se han llevado la admiración de gran parte de los enamorados y los no tan enamorados; las versiones en pintura y escultura de El beso de Gustav Klimt y Rodin respectivamente. En la primera obra se han realizado diferentes análisis sobre su significado, la imagen de la pintura se convirtió en un símbolo del romanticismo y el arte moderno, además de que ha sido reproducida en miles de ocasiones. En el caso de la escultura de Rodin, se le ha reconocido como una de las piezas estéticas más finas y significativas.
Algunos especialistas sugieren que el beso, como demostración pública de afecto, sufrió una transformación durante la revolución sexual de la década de 1960, cuando se buscaba reubicar la posición de las mujeres en la sociedad y el amor representaba una herramienta de protesta social. En Estados Unidos, surgió una nueva forma de manifestación durante las ocupaciones públicas, la cual consistía en besar a los uniformados o besar a otra persona frente a los grupos policíacos que trataban de contener a las masas.
En algunas naciones europeas se comenzaron a organizar concursos y pruebas para el llamado día de San Valentín o de los enamorados, ya sea compitiendo por el beso más apasionado o por el beso más largo, con duraciones de hasta dos días en algunos casos.
LOS NUEVOS ESQUEMAS
A la par de estos cambios, el cine de Hollywood jugó otro rol determinante, pues se estereotiparon diversas historias de amor con desenlaces de besos largos entre un hombre y una mujer, la imagen de lo que «debería ser» un beso pronto inundó las salas de cine de todos los países, principalmente en Occidente.
“Con el paso del tiempo las personas empezaron a ver como inapropiados los besos en la boca entre padres o madres con sus hijos, los mismos cambios culturales y hasta comerciales nos dictaron que un beso sólo puede ser aceptado en público si es entre una mujer y un hombre”, asegura el psicólogo Eduardo Juárez.
Desde entonces, las campañas publicitarias de todo tipo de productos, los programas de televisión y las revistas, han ido dictando los modelos de lo que los besos representan, significan y hasta la forma en que deben ser dados en público.
Sin embargo, en 2011 una contracampaña publicitaria causó revuelo al retomar algunos modelos no tan «modernos» del beso, se trata de la campaña llamada Unhate en contra del odio, de Benetton Group, donde se presentaban imágenes de algunos políticos y líderes internacionales besándose en la boca; por ejemplo, se mostró al papa Benedicto XVI boca a boca con el líder musulmán Ahmed el-Tayyeb, y al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, con su similar de Venezuela, Hugo Chávez.
El efecto de esta propaganda fue tan grande en redes sociales y el sector público, que incluso se colocó como tema del momento en Twitter durante varias semanas, grupos religiosos y simpatizantes de los líderes rápidamente se pronunciaron en contra de los montajes, posteriormente la United Colors of Benetton tuvo que retirar su campaña y ofrecer una disculpa.
A pesar de la lucha por romper los esquemas comerciales y políticos de las demostraciones públicas de afecto, aún existe represión a diversas escalas. En algunos países de Medio Oriente o estados de la Unión Americana, todavía se encuentra prohibido que dos personas del mismo sexo se besen; incluso se puede llegar a castigar a quienes se atrevan a desafiar esta norma con penas físicas.
“Es importante demostrar el amor y el cariño que podamos sentir por cualquier persona conforme a nuestra forma de ser, sin basarnos en lo que el entorno social o comercial esperan; de otra forma, vendrán las insatisfacciones y los complejos, el acto de besar debe ser algo libre”, asegura Eduardo Juárez.
El especialista indica que, en los próximos años, la naturaleza de los besos y las demostraciones de amor serán modificadas por las tendencias comerciales, sin embargo, el principal medio de transmisión será internet y las redes sociales, ya sea en los jóvenes, niños y hasta en las personas adultas.
El futuro del beso es todavía una incógnita, será la misma sociedad la que dicte la forma en que los besos se den en los próximos años.
Twitter: @betoiturria