El camino hacia el arte
El arte se ha venido presentando en las diferentes etapas del desarrollo de la humanidad, y así como han ido avanzando los pasos del hombre a la par se encuentra el arte y sus diferentes formas de expresión, en las diversas culturas y civilizaciones han utilizado estos medios con propósitos que se ajustan la situación y el contexto en el que se encuentran del mismo modo los materiales empleados en sus creaciones son una referencia directa al entorno en el que se encuentra el asentamiento humano en cuestión.
Específicamente en el arte antiguo las obras resultan ser una ventana sumamente amplia no sólo a la forma de vida que constituye la organización social, también a la forma común de pensar de los individuos que componen un gran constructo de ideas.
Es por ello que al adentrarse al observar las construcciones y todo aquel producto de la creatividad humana de un pueblo es ver relatado por sus habitantes las necesidades que les apremiaban, los deseos cristalizados en roca, metal o madera y las habilidades consideradas valiosas. Así también están de forma palpable las ideas que se convirtieron en técnica para levantar una edificación y los detalles que simbolizan un credo divino o una estirpe de gobernantes. Ver las producciones artísticas es ver la historia de ese pueblo mediante las manos de sus artesanos y sentirla mediante el impacto que genera aun después de siglos.
Persia, el actual Irán, rigió sus estándares de vida sobre la religión (Mazdeísmo) y por la vida militar, lo que lleva a que la configuración artística gire sobre estos temas. Visiblemente destaca la influencia de Mesopotamia y de los griegos de Asia menor, de los primeros la constante de la edificación sobre una especie de plataformas. El detalle, es el distintivo esencial dentro de la forma uniforme de sus obras, que generalmente son monumentales. Un ejemplo de ello son los bellos relieves pétreos del Palacio de Persepólis, los que se encuentran muy bien conservados, del mismo modo recuerdan un poco el estilo egipcio por la simetría de las figuras y el uso de los perfiles pero se diferencian por las proporciones del torso con respecto al resto del cuerpo sin dejar de mencionar que se puede distinguir la finura del trabajo terminado de las manos hábiles que lo hicieron. Que además en las figuras de los toros esmaltaban los cuernos para que quedaran en una tonalidad verde o dorada, lo que ponía de manifiesto la opulencia del palacio de la capital Persa.
Unos de los más reconocidos Frisos que se conocen con este tratamiento de esmaltado son los de Susa, que se encuentran hoy en día en el museo de Louvre cuyas proporciones de casi cuatro metros cuadrados dan fe del tamaño colosal de la construcción pero que no pierde ni la armonía ni la finura en su trabajo.
El estilo de este arte está orientado a palacios y construcciones para la realeza, por lo que se puede llamar cortesano, lo cual no es de sorprender porque la magnificencia con la que cuenta sólo podría ser patrocinada por los grandes mandos de la ciudad.
La arquitectura fue un arte privilegiado que tomó de la escultura elementos fundamentales que hacen tan conocido este estilo artístico, ya que no hubo escultura de bulto propiamente, los altos y bajos relieves toman un papel protagónico mostrando en su mayoría a hombres y figuras animales. Siendo los toros alados en los capiteles una imagen constante.
A pesar de lo enorme de sus construcciones los persas también han sido conocidos por la destreza en las llamadas artes menores, que pueden ser como la joyería, la orfebrería el trabajo de metales, cerámica y el tejido del que podemos destacar las alfombras persas que son ricas en colorido y elegancia en su diseño. Además de ser en la época un lujo en otras regiones. Y que se conserva como una habilidad actual y productiva hasta nuestros días.
La cultura persa es la síntesis de estilos pre-existentes pero con identidad propia, no sólo por la técnica empleada o el material con el que se construyeron obras bellas y que aún podemos apreciar con una vista quizá más admiración por ser de un periodo pasado pero que nos remonta hacia el presente de quienes organizaron, construyeron y utilizaron estos espacios y objetos como parte de la vida diaria, no con la admiración que hoy se le tiene sino con la satisfacción de que ése era su presente el mundo del cual participaban y que percibimos aún un poco de esa esencia al estar en contacto con el bello legado ha llegado a nuestro tiempo.