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EL EXTERMINADOR SUIZO

Rodolfo Cerpa

El pasado domingo 26, se escribió, desde mi reservada perspectiva muy particular, una de las páginas más brillantes del deporte blanco cuando el colocado número ocho en la siembra de los monstruos sagrados del tenis el suizo Stanislas Wawrinka, se despachó al plantado número uno del planeta el español Rafael Nadal en cuatro sets para coronarse como el nuevo monarca del Torneo Abierto de Australia en una final que si bien no se presentía tan sobrecogedora, surgió como una de las más inolvidables de toda la historia.

Si tratar de encarecer acerca de esta proeza del tenista helvético, tal vez se podría comparar con aquella que vimos como el alemán Boris Becker a la edad de 17 años, conquistó Wimbledon en julio de 1985 o cuando Michael Chang, obtuvo el Roland Garros de Francia en 1989 sólo que la diferencia, es que el suizo hizo bailar las calmadas nada más y nada menos, a los dos primeros en el ranking mundial una vez que, en cuartos, hizo que Djokovic perdiera su racha en Oceanía después de que el serbio, prácticamente era el papá de los pollitos en el país de los canguros.

Lo más increíble es que, así como Nadal es casi invulnerable en la crema batida del Torneo Francés, el serbio andaba por las mismas cada vez que iniciaba el primer torneo grande porque, desde que perdió frente al galo Jo-Wilfried Tsonga también en cuartos del 2010, no había un adonis que se le parara en frente para ponerle un alto en el camino, quebrándole una racha de 25 victorias de manera ininterrumpida.

Con esta hazaña que sin duda es la más destacada de toda su carrera, Wawrinka le quiebra el desbalance descomunal que tenía con el español de 0-12 y quizá lo que nunca se llegó a imaginar es que, después de lograr el certamen en Melbourne, por primera vez está por encima de su paisano Roger Federer en la clasificación de la ATP abrazando la tercera posición en el planeta con 5.710 puntos.

De todos es sabido que Nadal, es un tenista fuera de serie pero que su estilo muy personal, lo hace ver como una estampa presuntuosa en el deporte blanco por lo que tendrá que esperar, otro año si es que las lesiones lo dejan de perseguir, para poder igualar a uno que si daba gusto verlo jugar por su manera tan campechana de desenvolverse como lo es Pete Sampras (para mi gusto el mejor de todos los tiempos) que era el de conquistar por lo menos en dos ocasiones, cada uno de los cuatros torneos del Grand Slam.

Después de su conquista, el nuevo exterminador rubricó quince días memorables para convertirse en el primer tenista que en más de 21 años, finiquita a los primeros dos de la siembra desde que, el español (qué ironía) Sergi Bruguera en 1993 en Roland Garros, dejó fuera en la final al que en ese momento era el número dos del mundo Jim Courier y antes en cuartos, al que mandaba en la cima, precisamente Pete Sampras.

rjcerpa@hotmail.com

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