Lo que acaba de suceder el sábado 01 del presente en el Foro Polanco del D.F., debe de poner en alerta de situación máxima a todos y cada uno que de alguna forma se encuentran involucrados en los pactos para llevar a cabo una pelea de box porque de ninguna manera se debe permitir que un joven en pleno desarrollo y con toda una vida por delante como Óscar González, a quien apodaban "El Fantasma", haya perdido la existencia en un cuadrilátero.
Por increíble que parezca, se siguen presentando estos infortunios desde ya hace varios años y nadie haga algo al respecto para remediar esta situación ya que por cualquier aspecto que se quiera escudriñar estos lamentables sucesos, no hay una explicación clara para poder calmar una tempestad primeramente de tristeza por la familia del nayarita y también por mitigar la zozobra que rodea el aire del pugilismo por este deceso.
Aún recuerdo en diciembre de 1980 cuando nos preparábamos para presenciar la pelea de Lupe Pintor contra Johnny Owen, donde el de Cuajimalpa defendía la corona universal de los pesos gallo y la verdad, no dábamos crédito en el momento que vimos al galés en cuanto a su complexión física se refiere porque era evidente de que, si estaba dentro del límite del peso requerido, iba a tener problemas con el mexiquense que gozaba de buena fama en su golpeo y ahí están las consecuencias de la pelea.
Y sin duda que el caso más sonado de estos terribles episodios, fue cuando el pelador norteamericano Ray Mancini apodado "Boom Boom", noqueó al coreano Duk Koo Kim en noviembre de 1982 falleciendo el oriental cuatro días después pero la consecuencia de todo esto fue que la madre del asiático se quitó la vida a los tres meses y en julio de 1983, el réferi del combate Richard Green, también se fue por la puerta falsa.
Es tan absurdo lo que sucedió con "El Fantasma" que en ocasiones te pones a pensar de que cómo puede existir tanta apatía en estos incidentes ya que la válvula que entregan los doctores con la que se trepó al cuadrilátero y que es lo equivalente a un visto bueno para liarse de catorrazos con un contrincante, estuvo llena de anomalías porque, en primer lugar, el documento estaría arribando de Guasave, en el estado de Sinaloa, y al final de cuentas se hizo la transferencia de una que llegó de Tijuana.
De acuerdo a lo señalado por el médico de la Comisión del DF, Esteban Martos, el malogrado boxeador no hizo llegar su reporte de los doctores el viernes 31 que fue el día en que se llevó a cabo el pesaje pero lo presentó hasta un día después que fue cuando se realizó la batalla y lo peor del caso es que iba firmado por el galeno de la Comisión de Box de la ciudad fronteriza de Baja California Norte, Ernesto Franco, y así, ¡lo dejaron pelear! ¡Hágame el grandísimo favor!
Hace seis años en ese mismo coso, Daniel Aguillón perdió la vida y en octubre del año pasado en una pelea en Los Cabos, Francisco Leal tuvo la misma desgracia, noqueado por Raúl Hirales.
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