El “Coloso de Santa Úrsula” fue el magno escenario para el cierre de la principal justa que tiene el futbol y fue considerado, hasta ese momento, uno de los más importantes del planeta porque recibió dos finales, ambas con sabor latino, que marcaron a la afición. (ARCHIVO)
La Copa del Mundo México 1986 se realizó en 12 escenarios considerados de primer mundo, pero su apertura y clausura fue en el emblemático Estadio Azteca de la capital mexicana, que albergó ese año su segundo evento de ese tipo.
El “Coloso de Santa Úrsula” fue el magno escenario para el cierre de la principal justa que tiene el futbol y fue considerado, hasta ese momento, uno de los más importantes del planeta porque recibió dos finales, ambas con sabor latino, que marcaron a la afición.
En 1970, el estadio Azteca vio como Brasil, de la mano de Edson Arantes do Nascimento “Pelé”, derrotó a Italia para lograr el título; 16 años después Argentina, con “la bendición” de Diego Armando Maradona, hizo lo propio sobre Alemania Federal.
El juego de apertura de México 1986 fue el 31 de mayo de ese año, cuando Bulgaria empató 1-1 con Italia, que llegaba como monarca del orbe; en la clausura, la “Albiceleste” doblegó 3-2 a los germanos para lograr su segundo título del mundo, el 29 de junio.
Además, en dicho inmueble se contempló uno de los goles más bellos de esa justa, el que hizo de media tijera el mexicano Manuel Negrete, quien a pase de Javier Aguirre ante Bulgaria hizo vibrar a los mexicanos al minuto 34 en juego de octavos de final.
También se pudieron apreciar dos anotaciones que inmortalizó Maradona en la fase de cuartos de final en el 2-1 sobre Inglaterra, el llamado “Gol del siglo” y la “Mano de Dios”, el 22 de junio, ante más de 110 mil espectadores.