La noticia corrió como fuego en un reguero de pólvora. A la pantalla televisiva le crecieron espectadores. Se arremolinaban frente al aparato los que casualmente desayunábamos en el restaurant que lleva el apellido del dueño. Había expectación de los comensales por conocer los más mínimos detalles del evento que al día siguiente llenaría las primeras páginas de los periódicos de todo el mundo queríamos saberlo todo. Recordé en ese instante la muerte del presidente Kennnedy como noticia sensacional y por supuesto mundial. Después se escucharía la voz del Procurador de la República. Aguzábamos los oídos que teníamos ya como las de los elefantes, prestos para no perder palabra de lo que diría el funcionario quien enigmático, sabedor de lo que pesarían en el ánimo de los oyentes sus palabras, se paró detrás de un micrófono.
Para ese momento no se escuchaba ni la respiración de los circunstantes acá en el café. Toda nuestra atención estaba puesta en lo que decía el funcionario federal que fue muy breve. Ya para ese momento se sabía que un pez gordo había sido detenido por las fuerzas federales en una operación relámpago sin disparar "ni un solo tiro".
Explicó que en Culiacán fueron localizados siete casas, con túneles que a su vez tenían puertas reforzadas con acero, (hizo hincapié que los constructores aprovecharon los pasadizos que incluían el paso del drenaje de la ciudad de Culiacán) la detención incluyó a uno de sus colaboradores. La captura tuvo lugar la mañana del sábado en la turística localidad de Mazatlán.
Luego agregaría, sabedor de cómo se teje "la megambréa" en nuestro país que todo fue gracias a la labor de inteligencia de todas las agencias de seguridad de México y de Estados Unidos.
Unos minutos antes había pasado "El Chapo" custodiado por dos marines, fuertemente sujeto, con la cabeza gacha y lo que pareció una arma de fuego apuntándole a la cabeza, que fue parte de la operación impecablemente lograda fruto de varios meses de trabajo y de una colaboración muy plena de todas las instancias del gobierno mexicano y de las agencias estadounidenses.
El Procurador añadió que las fuerzas de seguridad pudieron haberle detenido antes, pero que prefirieron actuar con "sentido común" para garantizar la operación y no poner en riesgo a ningún ciudadano. Dijo finalmente. No hubo ni un solo daño.
En fin acerca del gazapo que me hace notar un lector de este periódico, yerro que por inadvertido dejé escapar en mi anterior colaboración, utilizando erróneamente el artículo LA no obstante que estaba seguido de un sustantivo femenino. Es evidente que hubo una equivocación material que se cometió por mera distracción al escribir la AVE en vez de el AVE. Existen gran número de gazapos, que no atenúa en lo más mínimo el descuido en que se incurrió esta vez, "cometidos incluso por intérpretes y traductores del más alto nivel profesional". Leamos los periódicos más reputados como el New York Times, el Universal, el Corriere de la Sera, y con seguridad encontraremos una pifia, desatino, desacierto o quizá hasta un disparate.
