Espíritu de servicio. En el Día de la Enfermera, Olga Alejandrina Muñoz Reveles, llamó a las nuevas generaciones a no olvidarse de la importancia de la vocación.
"La persona que no tiene vocación no sé por qué está en esta área, la enfermería para ejercerla te tiene que gustar porque va involucrada la paciencia a los enfermos y las ganas de servir a los demás", dijo Olga Alejandrina Muñoz Reveles, es jefa de Enfermería del Hospital General.
Tiene 26 años de experiencia y en su opinión a las generaciones actuales les falta vocación.
"Muchas personas estudian con la única finalidad de percibir algún sueldo y mejorar la calidad de su vida, no lo ven en el sentido de que van a trabajar en beneficio de un paciente", dice.
Esto ha llevado a la Jefa de Enfermería a impartir capacitación y cursos sobre valores y vocación entre el personal desde hace dos años. "Aquí tratamos de inculcarle al personal valores y vocación, donde el objetivo principal sea el trabajo, el cuidado, el esmero y la paciencia a los pacientes".
La decisión de ser enfermera nació a raíz de que su madre enfermó, pues para cuidarla tuvo que ampliar sus conocimientos. En el trayecto la trabajadora aprendió la importancia de esta profesión "las enfermeras son la base principal de la unidad porque está al pendiente las 24 horas, de la atención a los pacientes".
ENTRE CARENCIAS
En los últimos tres años dice, además de enfrentar la falta de interés de las nuevas generaciones, también lidian con la precaria situación del Hospital General, el cual está saturado y no cuenta con material ni medicamento suficiente para hacerle frente a las necesidades.
Ante esto platica que, además de atender a los pacientes, también gestionan material y equipo con el que se le brinda la atención y del cual se carece.
Una de las experiencias que más recuerda es una ocasión en la que mantuvieron con vida a un paciente grave, sin terapia intensiva.
"El diagnóstico no era alentador y no teníamos lugar, me fui con el paciente a otro hospital, pero no lo recibieron, no había terapia intensiva y lo tuvimos en urgencias sin monitor y sin nada, checábamos signos de forma manual, todo lo hicimos manual, pero por fortuna vivió".
Ésa, dijo es precisamente la recompensa de las enfermeras que sus pacientes recuperen su salud.
MAMÁ ESPECIAL
La enfermera no libra las batallas diarias únicamente en las salas del Hospital, pues en casa es madre de un niño con síndrome de down de tres años 10 meses, que requiere atención especial.
Sin embargo dice que el cuidado de Manuel Alejandro, su hijo, no es difícil, sino "una satisfacción que no conoces ni entiendes, hasta que lo vives, es lo más bonito que me pudo suceder".
En el Día de la Enfermera que se festejó ayer, Olga Alejandrina Muñoz Reveles, llamó a las nuevas generaciones a trabajar con vocación.
"Que seamos personas profesionales, no perdamos el cariño, quienes estudiamos enfermería es porque nos gusta servir a los demás, pensar que si estamos o vamos a estar al cuidado de los pacientes es porque ellos nos necesitan".
