(Imagen tomada de www.eviajando.com)
"Jugar bien", en danés. "Yo armo", en latín; es el significado de Lego, esa marca de juguetes que desde 1934 nos enseñó a construir cualquier mundo con sus bloquecitos de plástico y colores.
Esas piezas tienen su hogar y son los parques Legoland, verdaderas fábricas de fantasías dispersas en varios países. Pero A 45 minutos de Orlando, Florida, está el más grande de toda su historia. Poner un pie ahí es como meterse a una gran caja con millones de legos.
Hay de todo: dinosaurios, piratas, cocineros, vaqueros, constructores, gaviotas, automóviles, dragones, caballeros de la Edad Media, momias egipcias... montañas rusas, safaris, talleres de armado, un parque acuático, un jardín y la Miniland USA, donde se crean a escala las ciudades y monumentos principales de los gringos.
Ese pequeño mundo tiene obras que tardaron 640 horas para ser construidas por verdaderos arquitectos e ingenieros. Ellos están en su taller y conocerlos es fácil si se adquiere el pase VIP (495 dólares). La oportunidad de ver cada pieza, pegamento y herramientas que utilizan vale la pena. Al final, uno regresa a casa con un modelo armado, quizás el souvenir de mayor importancia.
El parque también ofrece otras atracciones, tal es el caso de la pista de autos. Los niños se suben a un bloquecito gigante con volante y ruedas y se ponen en marcha. El circuito está compuesto por semáforos y señalamientos que fomentan la educación vial. Los más grandes podrán apreciar la camioneta Explorer de Ford hecha a tamaño real con bloques rojos.
Una de las atracciones recientes es el Mundo de Chima, un antiguo paraíso natural que se convirtió en campo de batalla en el que combaten ocho tribus de animales. Además de la montaña rusa de 55 metros de alto, hay embarcaciones para librar una batalla de agua. El combate es con pistolas de agua, los disparos siempre terminan por alcanzar a los mirones.
La Zona de la Imaginación está marcada con la cabeza de Albert Einstein y una jirafa gigante. El espacio está dedicado a la construcción de modelos computarizados y automóviles. Muy cerca del área está el parque acuático que abre sólo durante de verano.
Aquí hay otro universo, el de George Lucas y su Guerra de las Galaxias, construido con 1.5 millones de fichas, aproximadamente.
El lado oscuro da la bienvenida con un Darth Vader de tamaño real. Para la foto a veces hay que hacer fila. También se puede posar con Maul y R2-D2.
El espacio exhibe las mejores siete escenas de toda la saga, con todo y efectos especiales. Hay que mantener los ojos bien abiertos, entre los troncos de los árboles se podrán encontrar las casitas de los ewoks.
En Legoland no pueden faltar las compras. Se construyeron tres tiendas, una especialmente para los fanáticos de Star Wars. En las otras, además de legos, venden disfraces de los personajes que se exhiben dentro del parque. También cuenta con cafeterías y restaurantes. Un imperdible gastronómico son las "papas fritas" de manzana coronadas por una generosa cantidad de crema batida.
Por si faltara poco, el parque estrenará hotel en 2015. Sus habitaciones incluirán los 152 colores que hay de fichas, una piscina, restaurante y área de juegos.
