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El mejor de los tiempos

Jaque Mate

El mejor de los tiempos

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Sergio Sarmiento

Las buenas noticias no son noticia. Éste es un dogma habitual en periódicos e informativos electrónicos en el mundo. Los mismos editores saben que esto es falso y están conscientes de que muchas noticias buenas merecen entrar en los medios de comunicación. Su pecado no es que no sean relevantes, sino que generan una menor atención del público. Los directores de circulación de los periódicos y los encargados de los ratings y las ventas de los medios electrónicos saben que las malas noticias llaman más la atención que las buenas.

Sin embargo, la idea de que al mundo le va cada vez peor es simplemente falsa. No es cierto que el nivel de vida se esté deteriorando constantemente. Por el contrario, la tecnología y la economía de libre mercado se han unido para elevar de manera gradual pero constante la calidad de vida de los más pobres.

La pobreza extrema, que según el Banco Mundial afectaba al 41 por ciento de la población del planeta en 1981, cayó a diecisiete por ciento en 2010. Bjorn Lomborg, el ecologista escéptico, nos recuerda que los economistas calculaban que en 1820 el ochenta por ciento de la población del mundo vivía en la pobreza extrema. La mejoría es enorme. La adopción de China de un sistema de libertad de empresa ha rescatado en particular a casi mil millones de la pobreza extrema.

Aun en lo ecológico hay mejoras, a pesar del aumento de la población. El número de humanos en el planeta pasó de mil millones a principios del siglo XIX a más de 7 mil 140 millones en la actualidad. En el siglo XIX millones morían todos los años por la contaminación mientras que la falta de drenaje y de instalaciones sanitarias provocaba epidemias. Hoy tenemos un proceso de calentamiento global por las emisiones a la atmósfera, pero sus daños son indudablemente menores que los que se sufrían en el siglo XIX por los problemas ecológicos y sanitarios de la época.

Actualmente, el analfabetismo afecta a un veinte por ciento de la población de la Tierra. Es un problema importante. Pero en 1900, el setenta por ciento de la gente no sabía leer ni escribir. El avance, en poco más de un siglo, ha sido impresionante. Y en México ha sido particularmente notable. En 1900, el analfabetismo en nuestro país alcanzaba al 77.7 por ciento de los habitantes. En la actualidad, o por lo menos en 2010, ya afectaba a un 6.9 por ciento, la mayor parte personas adultas o mayores en zonas rurales.

Si leemos los periódicos o vemos los noticiarios de radio y televisión todos los días, pensaremos inevitablemente que el mundo está cada vez peor. Los medios de comunicación tienen la obligación de mantener o aumentar su público y lo hacen con informaciones necesariamente dramáticas. Es la misma razón por la que las escenas de La Ilíada, hace casi tres mil años, ya eran tan violentas. Homero también quería tener un gran público.

No vamos a cambiar la forma de operar de los medios. De hecho, quizá sea positivo que tengamos información con tendencia negativa porque nos impulsa a esforzarnos para seguir mejorando. Pero también tenemos que ser escépticos ante los escépticos. Aunque quizá nunca estaremos satisfechos con lo que tenemos, hasta ahora cada día nos va mejor.

Twitter: @SergioSarmiento

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