La ceremonia de este domingo marca el fin del tiempo navideño para la Iglesia católica en todo el mundo. (Archivo)
El Papa Francisco bautizó hoy a 32 bebés en la Capilla Sixtina del Vaticano, como parte de la celebración de la fiesta del bautismo de Jesús.
Durante una misa, en la cual participaron los padres, padrinos y otros invitados, el Papa Francisco lavó con agua bendita la cabeza de los infantes (en su mayoría hijos de empleados de la Santa Sede) y los ungió con los óleos de los catecúmenos.
La ceremonia de este domingo marca el fin del tiempo navideño para la Iglesia católica en todo el mundo y recuerda el bautismo conferido por Juan el Bautista a Cristo en el río Jordán, actual Jordania.
“Jesús no tenía necesidad de ser bautizado, pero los primeros teólogos dicen que con su cuerpo, con su divinidad, con su bautismo bendijo todas las aguas para que tuvieran este poder de dar el bautismo”, dijo el pontífice durante el sermón de la misa.
La homilía fue improvisada, no duró más de cuatro minutos y en ella destacó que Cristo, antes de subir al cielo, pidió ir por todo el mundo y bautizar.
En varios pasajes del rito se vio al Papa sonriente y hasta divertido, e incluso pidió a las madres no tener vergüenza en darles de comer allí mismo a sus bebés, pese a estar en una celebración religiosa.
“Acá está el coro, pero el mejor coro es el de estos niños que quizás lloran porque tiene hambre, y si tiene hambre por favor las mamás les dan de comer. Con este pensamiento que debemos ser transmisores de la fe, continuamos la celebración del bautismo”, exclamó.
Agregó que el bautismo es una cadena ininterrumpida gracias a la cual el rito se confiere a los hijos, y estos a sus hijos, así sucesivamente. “Es la cadena de la fe”, insistió.
