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El Paseo de la Morelos

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

El sábado pasado fui a Morelear con mis compañeros de Ruedas del Desierto. Para llegar al punto de reunión, La Fuente del Pensador, entré a la Morelos por la Rodríguez, eran las seis de la tarde y el sol me recordaba en cada pedaleada que debí ponerme una camiseta de manga larga. Al ver la circulación normal de vehículos, pensé que me había equivocado de fecha, pero la música que ponen a todo volumen en la Acuña me contradijo de inmediato, no obstante, era poco el movimiento y sólo hasta llegar al Hotel Río Nazas vi a uno de los organizadores, a Elías, batallar con una carga que se quería poner en la cabeza sin lograrlo. Seguí mi camino sin novedad hasta el mercadito de la Degollado donde ya iniciaba la actividad de poner sus productos y/o creaciones.

La última vez que había moreleado lo hice sin la bici, como peatón caminé todo el tramo varias veces deteniéndome en los puntos que me llamaron la atención. Entre la música, el primaveras, la lectura de poesía y hasta una función de teatro en la esquina de la Colón, me la pasé muy bien. No obstante, en el recorrido noté lo que ya se había mencionado muchas veces, la oscuridad en algunos puntos era realmente un riesgo, aunque a la hora en que se notaba más la ausencia de luz ya estaba aquello repleto de gente caminando y uno que otro aún en su patineta. Las cosas ahora cambiaron, el nuevo alumbrado Led ha resuelto la deficiencia, ya era tiempo.

Ahora que volví a pasear en la Morelos, desde mi bici, con el paso tranquilo del grupo de Ruedas del Desierto, me di cuenta de la transformación que se ha venido dando a medida que pasa el tiempo. Una gran cantidad de artistas "ha salido del clóset" a ofrecer sus creaciones, otros te venden música, libros de medio uso, y cualquier otra cosa que te puedas imaginar. No podían faltar los grupos y solistas que con sus actividades musicales y de baile crean un ambiente festivo y alegre, ideal para la convivencia, la recreación y por qué no, para la actividad económica.

Como luego dicen, el agua siempre retoma su cauce original, y la Morelos nuevamente ha sido tomada por los jóvenes. También asisten muchas familias al paseo, y desde luego, aquellos y aquellas que ya entrados en años, pasean añorando quizá aquellos otros tiempos en los que también se convivía intensamente aprovechando como nunca los espacios públicos que ofrecía no sólo la Morelos, sino el Centro en su conjunto.

En la actual versión de Moreleando, se pretende también volver al Centro para reactivar los "viejos cascos de la ciudad" y retomar de paso, los proyectos de movilidad sustentable que yo se que ya existen y que probablemente se encuentren en esa etapa en la que en ocasiones se empantanan por un rato: la de convencer a los servidores públicos.

Moreleando de Vuelta al Centro, es ya un proyecto exitoso que tiene entre sus logros la recuperación de espacios públicos y lo que mucha gente creía que no ocurriría: la integración social. El punto ahora es hacia dónde seguir, cuidando desde luego, no desviarse de los objetivos trazados originalmente.

Los jóvenes arquitectos que iniciaron y le dan continuidad a este proyecto, han sido tenaces y han mostrado un gran compromiso con su comunidad. También han sido muy prácticos, lo que les ha facilitado adaptarse a una situación casi permanente de falta de recursos. Pero esto tiene sus compensaciones, la mayor parte de las actividades que han llevado a cabo ha través de sus gestiones, ha logrado buenos resultados.

Volteando la vista hacia otros proyectos exitosos similares, que he tenido la suerte de conocerlos y disfrutarlos, como el de Puebla, pude observar que los corredores peatonales se incorporaron a las áreas verdes como plazas, parques, entre otros, y también a los sistemas de transporte público, multiplicando así los sitios de encuentro. Yo caminé por la Calle 3 en donde se evitó el flujo vehicular, y en la que encuentras grandes atractivos como el Zócalo y la Catedral, amen de una gran cantidad de negocios, incluyendo los restaurantes externos que se encuentran en un largo pasillo de arcos.

Lo más fácil, para quien sólo disfruta de estos paseos, sería integrar el paseo peatonal de la Morelos con la Alameda hacia el oriente y con el Museo Arocena y el Teatro Nazas hacia el poniente. desde luego reitero, es solamente una opinión no autorizada, pero que busca entrar al concierto de la participación ciudadana, que ha caracterizado de siempre a este importante proyecto de Moreleando de Vuelta al Centro.

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