La Legislatura LIX terminó su ciclo el fin de semana pasado. En el balance obligado se observa que si bien hubo avances importantes en la aprobación de reformas, también es evidente que el congreso privilegió las iniciativas del gobierno del estado, “congeló” las de la oposición y dejó como principal pendiente el de aclarar los temas espinosos de la anterior administración.
Mientras que prácticamente todas (129) las iniciativas presentadas por el Ejecutivo estatal fueron autorizadas, las enviadas por la oposición se quedaron en la “congeladora”, la mayoría de éstas relacionadas con el asunto de la deuda.
De acuerdo a un informe del trabajo en el Congreso local, al concluir el 2013 los diputados aprobaron el 91 por ciento de las iniciativas enviadas por el gobierno estatal, mientras que el 88 por ciento de las iniciativas de los legisladores se quedaron en comisiones.
Esta situación se dio porque la legislatura tuvo escasos contrapesos, ya que estuvo integrada por 25 diputados, 16 del PRI, 5 de partidos vinculados al tricolor, y sólo cuatro que pudieran considerarse de oposición.
La próxima legislatura, que arrancará el primero de enero, presenta una conformación inédita ya que la mayoría de los integrantes serán mujeres, aunque esto no es garantía de que cambie por completo la forma de trabajo de los legisladores. Sobre todo, porque algunos de los que entrarán son los mismos que aprobaron la reestructuración de la deuda, incluida la regularización de la contratada ilegalmente.
El riesgo de que suceda lo mismo en la próxima legislatura es probable y lo deseable es que la ciudadanía obtenga el derecho a saber qué pasó y a sentirse representada por sus políticos.
Para muestra un botón, la comisión de la deuda no ha cumplido sus objetivos, y a la fecha no hay avances. Y el escenario es poco halagüeño debido a que no se vislumbra que las autoridades estatales o federales se encuentren atendiendo el caso para explicar lo ocurrido.
Y aunque ayer el gobernador dijo que “pese a lo que digan”, la deuda se está “aclarando”, las contradicciones en las que han caído varios funcionarios no dejan mucho espacio a la esperanza de que algún día se conozca qué fue lo que ocurrió con el endeudamiento que sigue ejerciendo presión, por decir lo menos, sobre las finanzas estatales.
La tarea con la que inicia la próxima legislatura estatal es bastante, sobre todo porque deben empezar por no repetir los errores de la que está por concluir.
