Fortaleza. Magdalena, Hugo y Milagros.
"No me arrepiento de haberme quemado porque salvé a mis hijos", fue lo último que dijo Víctor Hugo Carrillo Jáquez, a su esposa Magdalena Baldivia.
El hombre falleció el pasado miércoles a causa de las quemaduras que sufrió por un voraz incendio registrado en su hogar, en el que sacrificó su vida por salvar la de dos de sus tres hijos, Milagros, de 2 meses, y Darwin de 2 años. El mayor, de nombre Hugo, había salido con su madre hacia el Jardín de Niños.
El hombre de 26 años sufrió lesiones en el 70 por ciento de su cuerpo al cubrir a Darwin para que no fuera alcanzado por las llamas, ya que a la niña se la lanzó por la ventana a unos vecinos, durante el incendio registrado el pasado 31 de marzo.
Al día siguiente, mientras estaba internado en la Clínica 71 del Seguro Social, su esposa tuvo la oportunidad de hablar con él y le dijo que a pesar del dolor y todo lo que sentía no se arrepentía de haber salvado a sus pequeños. Eso fue lo último que escuchó de él ya que después fue sedado y cayó en coma.
Hugo Carrillo supo que sus hijos estaban vivos y en buen estado de salud, pero tampoco los volvió a ver. "Él ya cumplió, luchó para sacar adelante a nuestros hijos y dio la vida por ellos, ahora me toca a mí hacer lo mismo", dice con entereza Magdalena Baldivia Estalas, quien asegura que pronto regresará a su hogar ubicado en la calle Eglantinas número 452 de la colonia Quintas Los Laureles, para reconstruirlo y buscará empleo pues tiene tres hijos que sostener.
Dice que siempre lo recordará como el hombre alegre, dedicado a sus tres hijos y con un inmenso amor hacia ellos que demostró hasta el último día de su vida.
Recuerdo
El último recuerdo que Magdalena Baldivia tiene de su esposo en vida es una sonrisa. "Eres el ángel de mis hijos", le dijo, y a pesar de todo lo que él sentía, sonrió.
Relación
Magdalena y Hugo tenían 12 años juntos, pues su noviazgo comenzó en la secundaria del ejido Coyote y cinco años después de iniciada la relación se casaron.