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El tiempo

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

En estos días nuestra atención, aunque quizá no nos damos cuenta, se encuentra enfocada totalmente en el tiempo. Lo más común es pensar en el tiempo transcurrido durante el año anterior, en las cosas que hicimos, que nos pasaron o de las que solamente fuimos observadores. De igual forma, proyectamos nuestro pasado al año que está por comenzar y pensamos, con cierta culpa, en enderezar algunas cosas, pero sobre todo, nos encomendamos al azar, esperando tener mejor suerte en el trabajo, en la salud, en el amor y en el dinero. Aunque estas expectativas las extendemos a nuestros seres queridos, algunas veces lo hacemos de una manera que trasciende verdaderamente lo personal y hacemos alusión a mantener esos hilos mágicos, en ocasiones invisibles, que forman el entramado por donde se expresan los principales valores de la familia, por donde igualmente se presentan y se resuelven conflictos, es como una red fundamental que funciona como lo que todos queremos que sea: una unidad.

Siempre se expresa de diferentes maneras lo paradójico del tiempo, quizá lo más común para todos sea su naturaleza huidiza y fugaz que se expresa en frases como "que rápido se fue este año" o "el paso del tiempo que se nos escurre entre las manos igual que el agua". Esto nos provoca preocupación y nostalgia al percibir lo efímero e inestable de la duración de nuestras vidas. Sobre este punto, Roger Waters y David Gilmour, líderes de la banda de Rock setentera Pink Floyd, incluyeron quizá en lo que fue su mejor álbum The dark side of the moon (La cara oscura de la luna), la canción The time. Uno de los párrafos dice más o menos lo siguiente:

"Eres joven y la vida es larga y sin nada que hacer hoy.

Y entonces un día descubres que han pasado diez años tras de ti. Nadie te dijo cuándo correr, perdiste el pistoletazo de salida. Y corres y corres para alcanzar el sol, pero está hundiéndose. Y dando vueltas corriendo para aparecer detrás de ti otra vez."

Cómo ha pasado el tiempo ¿no es cierto?, ahora aquellos jóvenes llenos de vitalidad que se les hacía chico el mar para echarse un buche, son más viejos y tienen menos aliento, mientras que el sol sigue siendo el mismo. Pero el pasado nos pertenece y ahí donde se confunde con nuestro futuro, el presente, debemos vivirlo con intensidad, disfrute y seguir pensando como joven.

Podemos medirlo como queramos, las personas comunes como usted y como yo, lo medimos acorde a la ocurrencia de nuestras fechas importantes, los cumpleaños, los aniversarios de bodas (hipócrita), el inicio o finalización de las vacaciones, el período de exámenes, todas estos momentos nos sugieren una idea de tiempo. Desde luego, habrá otros cuyas temporalidades se ligan a intereses personales digamos de mayor relieve y sus tiempos los miden en tres, cuatro o seis años, estos mismos pueden incluso medirlo en función de la acumulación de fortunas, palancas y de metidas de pata, en fin como puede apreciarse, todos estos cambios implican una duración y por ende del tiempo.

En cuanto a lo que pasó en el medio ambiente entre el antes y después de 2013, se resume sólo a través de amenazas.

A nivel mundial, la tendencia del uso de los combustibles fósiles sigue ascendente, mientras tanto, las energías limpias o sustentables crecen tímidamente. El resultado es una cada vez mayor emisión de gases de efecto de invernadero y un calentamiento de la temperatura media del planeta también en ascenso, con las consecuencias ya por demás evidentes en el clima global y local, los ejemplos más recientes son la tormenta de hielo de todo el este de Canadá y las inundaciones en Inglaterra. A nivel nacional las cosas no son mejores, son pocos los avances y muchos los retrocesos, las diferentes reformas a la ley realizadas este año, evidencian el privilegio de las actividades económicas y para muestra un botón: el aprovechamiento de gas shale o gas lutita, el más contaminante de suelo, agua y gran amenaza para la salud pública, es más barato comprarlo a Texas y según los mismos economistas que apoyan la Reforma Energética, es mucho mejor construir gasoductos entre los dos países, el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos lo permite, que explotarlo localmente. Esto da para más pero por lo pronto es importante ponerlo en perspectiva.

A nivel local el tiempo parece estar separado de los acontecimientos, hay un adormecimiento que parece no permitir darse cuenta de la gravedad del problema del agua, del aire y de la conservación de ecosistemas.

Los retos ambientales siguen vigentes y requieren más de una participación ciudadana activa y determinada en cambiar las cosas, este es el reto de la sociedad. Que no nos pase lo que dice Pink Floyd, que queremos alcanzar el sol mientras éste sale a nuestras espaldas, pasará el tiempo y después será tarde.

Iniciemos 2014 con optimismo, seamos felices con nuestros seres queridos, y que esta felicidad se proyecte al presente-futuro inmediato, en forma de actitudes transparentes, responsables, comprometidas y amorosas con nuestro prójimo y con nuestro ambiente. Feliz año 2014.

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