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El triunfo de hacer reír sobre el 'diamante'

Germán Pérez es el hombre detrás del disfraz del Pollo que a todos vuelve locos en el Revolución

EDUARDO SEPÚLVEDA

Es la cuarta entrada en el Estadio de la Revolución; el ambiente no puede estar mejor. En la tribuna, la afición ha llenado el inmueble con sueños de grandeza; en el campo, el equipo se bate en una encarnizada lucha ante un rival que proviene del "infierno".

Vaqueros Laguna busca su derecho a disputar la final de la Zona Norte de la Liga Mexicana de Beisbol ante los Diablos Rojos. El trámite no es sencillo y la tensión está a tope. Entonces aparece la figura del Pollo Vaquero para aligerar la carga.

"Antes de entrar al campo existe un nerviosismo, pero comienzo ha escuchar los gritos de los aficionados y éste desaparece", comparte.

 EL FUTBOL, SU DEPORTE

Germán Pérez Vega nació en Los Mochis, Sinaloa, ciudad de tradición beisbolera. Sin embargo, el hombre debajo del disfraz del Pollo Vaquero confiesa que a él lo que más le gusta es el futbol.

"Todo el tiempo y hasta la fecha llevo el futbol en la sangre. Pero por azares del destino me convertí en mascota profesional", dice. "¿Cómo pasó eso? Yo mismo me sorprendí. Nunca pensé tener esas cualidades de divertir a la gente. Fue a través de los maestros de la prepa, de vecinos, de los amigos de la cuadra, ellos me animaron a ir a un concurso de mascotas para una liga semiprofesional en Los Mochis, la Clemente Grijalva, y el que ganara ese concurso sería la mascota de los Cañeros. Me inscribí ante tanta insistencia, éramos como 10 aspirantes y terminé por ganar el concurso. Fue así como el equipo de los Cañeros me invitaron a ser su mascota oficial, un perico, Pepe Cañas, y así inició mi carrera".

Germán recuerda que en aquella ocasión, por 1995, los concursantes usaron el mismo disfraz domingo a domingo dentro de la serie final de la Liga ante los Mineros de Choix.

"Era un perico viejo. Cada quien se lo ponía dos entradas y así sudado se lo pasábamos al otro, dos entradas cada quien. Era un solo disfraz el que usábamos para participar".

A partir de ese momento nació el romance con la tribuna, "aunque al principio no me caía bien el veinte. Trataba de hacer lo mío, de meterme mucho a la música, al baile, como lo hago hasta ahora, pero me tardé en darme cuenta que lo que hacía le gustaba mi trabajo a los aficionados de los Cañeros".

Luego comenzó su andar por distintos equipos. "Llegué a Saltillo y Tecolotes de Nuevo Laredo. El señor Juan Manuel Ley me firmó, Jaime Blancarte fue la persona indicada para apoyar esa organización. Y apenas siendo mi segunda temporada en la Liga Mexicana del Pacífico me firmaron los Tomateros de Culiacán, temporada 96-97. Ahí la mascota es un pollo, el Pollo Tomás. En ese entonces, hablé con la organización y les dije que se quedara el mismo muchacho que estaba con el Pollo Tomás y yo tomé el personaje de las caricaturas El Pájaro Loco. Ese año me fue muy bien y gracias a Dios quedé campeón. Y por mi buen trabajo y mi disciplina fui a la Serie del Caribe a representar a México. En ese año le tocó a México la organización, fue en Hermosillo, Sonora".

Era sólo el inicio de un recorrido por el país a través de estadios, diferentes equipos por toda la República Mexicana, "y me ha ido muy bien", dice con satisfacción.

*Pero... ¿cómo es que te gusta el futbol? ¿Cuál es tu equipo?

"En Los Mochis la gente es muy apasionada en los dos deportes, y más en el beisbol. Tenemos cuatro equipos en Sinaloa. Pero desde chiquito me incliné por el futbol porque me llamó mucho la atención cuando lo vi en televisión. Empecé a practicar y la verdad le agarré sabor a ese deporte y hasta hoy es mi favorito. Pero ya con tantos años en el beisbol le agarré mucho el gusto. Me empapé de este deporte.

"Jugué muchos años futbol. Mi equipo es uno que quieren tanto a nivel nacional e internacional, pero también lo odian tanto... ya te imaginarás. Tiene un lema que dice: 'Ódiame más'. Ese es mi equipo, las Águilas del América", admite sin remordimiento.

 LUEGO... LLEGÓ VAQUEROS

"A Vaqueros llegué en la temporada 2010, a través del masajista que tenemos hasta el día de hoy, Miguel Arena. Él fue el conducto para que tuviera un contacto con los directivos de Vaqueros Laguna. Dicen también que ya habían visto mi trabajo, llegué a un acuerdo con ellos y desde entonces", recuerda.

Ahí, en la intimidad de los vestidores del Estadio de la Revolución, casa de Vaqueros Laguna, se encuentra Germán Pérez. El partido ya ha comenzado. Poco se oye al interior del vestuario. Germán está atento, contestando una a una las preguntas del entrevistador.

*Germán, ¿qué sientes antes de entrar al campo?

"Siempre tengo un nerviosismo. Aunque tenga muchos años en el beisbol, existe ese nerviosismo aquí en los vestidores mientras me estoy cambiando. En el momento de salir al campo y que empiezo a pisar el césped y sentir los gritos y los aplausos, la emoción de los aficionados, es cuando desaparece el miedo. Es muy emocionante ver a las familias, a los niños, cómo se le entregan al Pollo Vaquero. Una alegría enorme, una satisfacción. Una felicidad muy difícil de explicar". Su semblante muestra sinceridad.

"Esta es mi cuarta temporada con Vaqueros (2010, 2011, 2012 y 2014). La afición es maravillosa, una de las mejores a nivel Liga Mexicana y, por qué no, se puede considerar la mejor afición. Me he sentido bien. Los quiero mucho, me animan mucho. Es una gente que se entrega y se merece todo nuestro respeto. Merece que cada año tenga un mejor equipo.

"Tenemos una muy buena afición en el beisbol también, aparte del Santos en el futbol, hay muy buena afición beisbolera. Le agradezco mucho ese gran apoyo que me han brindado".

La ciudad ha sido el complemento perfecto. Se ha adaptado al clima y sus costumbres.

"Estoy muy cómodo en ese aspecto. Me siento en casa".

 Y POR FIN, PLAYOFFS

La fiesta de la postemporada tardó cinco años en volver a La Laguna. Así que por vez primera, la renovada mascota de la Máquina Naranja se puede jactar de bailar en esta instancia.

Sin titubear, Germán da las claves para el éxito del equipo, hasta este momento.

"He sentido un equipo muy unido, muy fuerte, con mucha humildad, con ganas de luchar y salir adelante. Y lo hicieron hasta conseguir el objetivo de los playoffs. Vamos perdiendo la serie ante los Diablos, pero es un equipo que ha luchado para estar ahí. Eso dentro y fuera del campo.

"En lo personal, llevo muy buena relación con los jugadores y también con los directivos, y gracias a Dios ahí están los frutos. No fácilmente, con sufrimiento, pero así es el beisbol".

*¿Y qué pasa cuando termina un partido, cuando las luces del estadio comienzan a apagarse, cuando los gritos han cesado, cuando hay que regresar a casa?

"Hay varios sentimientos encontrados. Empiezo a sentirme contento por haber trabajado un día más. Por haber dado esa satisfacción a la afición, de alegrarnos, de divertirnos. Físicamente, es algo muy desgastante.

"Mucha gente no lo sabe, pero a veces hasta salgo lesionado. Hace poco, en las últimas series en casa, andaba lastimado. La directiva me apoyó para que me checaran. Tuve un problema en la columna, en la cintura, tuve que estar yendo a terapia para estar lo mejor que se pudiera para cuando el equipo volviera de gira. Nunca pude estar al 100% pero con todo el cariño del mundo que le tengo a la afición de Vaqueros Laguna me tuve que entregar, arriesgándome y haciendo más de lo que debía; me gana la emoción por hacer mi trabajo.

"Salgo cansado y desgastado, pero contento y feliz de entregarme en cada juego".

*¿Es caliente el disfraz?

"El disfraz no pesa mucho, pero sí es caliente. Aparte me pongo unos pants, el jersey de Vaqueros, difícilmente tengo ventilación, pero es para darle presencia al personaje. Tengo que tomar mucha agua, sueros, para recuperarme. Es algo caliente y desesperante, pero trato de sobrellevar las cosas para hacerlo lo mejor posible".

Lo que nadie puede negar es que el pollo ha cambiado.

"Cuando llegué en 2010 hablé con los directivos, batallé un poco pero finalmente me dejaron hacerle cambios al personaje. Antes era más tosco y lo convertí en un pollo atlético, fuerte, deportivo. Y a la gente le gustó mucho ese cambio al personaje. Tienen un contacto más directo con él.

 MOMENTO DE UNA PAUSA

Después de 19 años trabajando como mascota profesional ya se sienten algunos estragos. Pero Germán Pérez no piensa en abandonar su profesión. No por ahora.

"No sé cuándo dejaré de trabajar, sería muy difícil para mí. Probablemente haga una pausa de uno a dos años, no sé cuándo. Lo que sí sé es que el año que viene quiero trabajar para celebrar mis 20 años. Espero de todo corazón seguir con Vaqueros Laguna, y si no, en donde esté. Y luego ya hacer una pausa; necesito descansar. Los años pesan, tengo mis lesiones nada grave, y quiero retomar unos asuntos personales".

Ya casi es momento para que el Pollo Vaquero haga su aparición en el campo. Un integrante del 'staff' de Vaqueros entra al que se ha convertido en su camerino. "Vamos, Pollo, la gente ya te está pidiendo", le dice.

Es hora de despedirse.

"Quiero agradecer a los directivos de Vaqueros Laguna por darme otra vez la oportunidad de estar aquí. Al licenciado Dovalina, al licenciado Carlos Gómez. A Guillermo Mercado.

"Y mandar un saludo a mi hija Geraldine Estefanía, que es un motor en mi vida para salir adelante. A mi mamá, a Los Mochis y a todo Culiacán. También quiero saludar al equipo Los Golfos, de la Liga Premier. Hice muy buena amistad con ellos y me han dado la oportunidad de mantenerme en activo físicamente, jugamos los lunes en una cancha de futbol uruguayo.

"Un saludo para todas las familias de la Comarca Lagunera, a todos los niños por su afición y apoyo al beisbol y al Pollo Vaquero. A los niños les digo que practiquen el deporte, cualquiera que sea, y que se alejen de los vicios".

Una vez dentro de su personaje, Germán es otro. Baila, juega, se divierte. Y comparte su alegría con los miles de asistentes en la casa de Vaqueros Laguna.

"¡Ya deja ver el partido, Pollo!", le gritan en tono de broma desde las butacas. Y es que su presencia nunca pasa desapercibida.

19

AÑOS

Tiene Germán Pérez Vega como mascota profesional en el beisbol mexicano

'Me encantaría celebrar mis 20 años como mascota profesional con un título, pero si no se puede, así es el beisbol” Germán Pérez, El Pollo Vaquero

'Me encantaría celebrar mis 20 años como mascota profesional con un título, pero si no se puede, así es el beisbol” Germán Pérez, El Pollo Vaquero

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Escrito en: vaqueros laguna

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