Hace década y media, en los albores de este siglo, varios laguneros le sugerimos al entonces alcalde de Lerdo, Durango, que se conformara un Comité Municipal de Ecología, el cual entre sus prioridades se preocupara por proteger y conservar el área riparia del Río Nazas, desde La Presa Las Tórtolas hasta Raymundo, propuesta que tuvo eco pero que, ante la conclusión de su período, el mismo edil sugirió que el grupo integrante del comité seconvirtiera en una Asociación Civil para que trascendiera los cambios de gobernantes.
Quienes integramos ese diverso grupo ya veníamos observando el proceso de deterioro que sufría ese sitio y una parte de ellos decidimos promover acciones para evitar que continuara, para lo cual contamos con apoyo del Fondo Mundial para la Conservación de la Naturaleza (World Wildlife Fund, WWF, por sus siglas en inglés), organismo internacional que en 1998 había creado una oficina para promover la conservación de la biodiversidad en la ecoregión Desierto Chihuahense, con sede en Monterrey, Nuevo León.
Dos proyectos apoyó WWF, ya en el año 2000: un Programa de Educación Ambiental para la Conservación del Río Nazas y un estudio de la parte baja de éste, a través de la asociación civil Biodesert, creada bajo su patrocinio, en sinergia con universidades y gobiernos locales. El primer proyecto concluye con la capacitación de un entusiasta grupo de educadores ambientales y el segundo con un estudio que diagnosticaba y formulaba propuestas de solución a la problemática identificada (1)
Con estas iniciativas ciudadanas en sinergia con un gobierno local, se despertaba el interés y a la vez llamaba la atención sobre la preocupación que algunos laguneros teníamos por rescatar estos ecosistemas ribereños sujetos a una fuerte presión antrópica, ya que para entonces era desconocida su importancia, incluso, cuando se le solicita apoyo a WWF, éste sólo identificaba la parte alta del Río Nazas como sitio importante para la conservación, tuvimos que viajar a la capital del país, entrevistar al director de este organismo en México y convencerle de la importancia de estudiar la parte baja que comprende el Cañón de Fernández y el Valle de Juárez.
Como resultado de esa investigación, se comprobó el grado de deterioro y se identificaron puntualmente los factores que incidían en él, a la vez de que se propuso rescatar la parte que corresponde al Cañón de Fernández y el corredor ribereño hasta Raymundo, excluyendo el valle agrícola que le rodeaba, porque ya había sido destinado a la práctica de una agricultura y ganadería intensiva que utilizaba insumos sintéticos(fertilizantes y agroquímicos) del alto impacto ambiental (contaminación), y la misma ampliación de las construcciones de ranchos, ranchetes y poblados que alteraron los ecosistemas naturales, venciendo su resilencia a un grado prácticamente irreversible de ser recuperados y conservados.
El grupo de ciudadanos insistimos en proteger y conservar este sitio, teniendo eco en el gobierno del estado de Durango que lícita una convocatoria para realizar el Estudio Técnico Justificativo mediante el cual se fundamentara la declaratoria de un área natural protegida en el área del Cañón de Fernández, y posteriormente el Programa de Manejo; finalmente, se emite dicha declaratoria en 2004 como Parque Estatal, transfiriéndose su administración a Pro Defensa del Nazas, A.C., determinaciones fundamentales para los laguneros que, en esa sinergia gobierno-ciudadanos, logramos someterlo a un estatus de protección legal.
Esta área natural protegida abarca 17,830 hectáreas, que comprenden un corredor ripario de alrededor de 25 kilómetros rodeado por las elevaciones de la Sierra del Rosario, alberga 751 especies de las cuales 46 están en estatus (dentro de la lista roja de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza y la NOM-059-ECOL-2001), el cual desempeña funciones claves para la vida como conservar la diversidad de fauna acuática y terrestre que ahí reside o migra, regular procesos ecológicos como los ciclos hidrológicos y de carbono, además sirve de filtro que retiene contaminantes que transitan porel cauce de río, constituye un singular sitio con gran riqueza escénica por la belleza de sus paisajes que sirven de esparcimiento a la población lagunera, entre otros.
Algunos de los humedales han sido declarados Sitios Ramsar (basados en el convenio internacional suscrito por una gran cantidad de países del orbe en la ciudad iraní Ramsar, en 1971) por sus valores ambientales y sociales, razón por la cual también tenemos que celebrar, entre otras actividades, con la pedaleada que Ruedas del Desierto organiza a través de un tramo del Cañón de Fernández este próximo domingo 16 de febrero, a la cual estás invitado.
Actualmente El Río Nazas es considerado como sitio prioritario para la conservación por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), y el Cañón de Fernández es reconocido como un humedal con categoría de Sitio Ramsar, que además de prestar servicios ambientales a la población lagunera, es un orgullo y patrimonio natural regional que quienes integramos esta generación debemos proteger y conservar para heredarlo a las siguientes.
Por todo lo anterior, no podemos dejar de expresar nuestra preocupación por la iniciativa que actualmente se promueve de construir una planta potabilizadora en la parte baja del Río Nazas, ya que si bien compartimos la preocupación gubernamental de mejorar la calidad de agua de los laguneros y aun cuando creemos que en ella no está la solución a esta problemática, no deseamos se ponga en riesgo este espacio natural, y ojalá los promotores de dicho proyecto escuchen a los ciudadanos que creemos y deseamos sea éste, el Cañón de Fernández, el último humedal vivo, y no que pase a ser sólo un recuerdo.
(1) Valencia Castro et al 2002 Factores que inciden en el deterioro ecológico y social de la parte baja del Río Nazas; uso de un sistema de información geográfica. WWF-COCYTEDBiodesert-UJED)