Dispuestos a todo. A pesar de la eliminación, los ánimos de los manifestantes no se han calmado.
El asediado presidente ucraniano aceptó eliminar una nueva ley contra las manifestaciones que desató violentos enfrentamientos entre policías y manifestantes en las últimas semanas, de acuerdo con un comunicado publicado en la página en internet del mandatario.
La ministra de Justicia Elena Lukash dijo que en un encuentro el lunes entre el presidente Viktor Yanukovych e importantes integrantes de la oposición "se tomó la decisión política sobre eliminar las leyes del 16 de enero que generaron mucho debate". Yanukovych aprobó esas leyes a través del Parlamento. Tres días después comenzaron violentos enfrentamientos, un drástico incremento de las tensiones después de semanas de protestas en su mayoría pacíficas.
Eliminar las leyes, algo que posiblemente suceda el martes en una sesión parlamentaria especial, sería una importante concesión a la oposición. Pero no satisface todas sus demandas, que incluyen la renuncia del presidente.
Arseniy Yatsenyuk, uno de los líderes opositores, rechazó el ofrecimiento que le hizo Yanukovych el sábado de ser primer ministro.
Yanukovych dijo que no ofrecerán una propuesta de amnistía para los manifestantes arrestados a menos que los inconformes dejen de ocupar edificios, terminen con las movilizaciones a toda hora y levanten un campamento en la explanada central de Kiev.
Los manifestantes temen que las autoridades se estén preparando para poner fin a las movilizaciones por la fuerza, pero el ministro de relaciones exteriores ha dicho que el gobierno no tiene planes inmediatos para declarar estado de emergencia.
La semana pasada, tres manifestantes murieron, dos de los cuales fueron abatidos con fusiles de cacería, los cuales la Policía ha insistido que ellos no utilizan. Con los manifestantes ahora dispuestos a correr el riesgo de resultar heridos, una declaratoria de estado de emergencia posiblemente desataría grandes enfrentamientos en las calles de la capital.