En el lenguaje común, la expresión "visita de doctor" se usa para señalar la llegada apresurada y de corta duración de una persona.
La "visita de doctor" que el presidente de México hizo a La Laguna la semana antepasada, no sólo fue eso, sino que además, el doctor no atendió al paciente. No preguntó por los síntomas, no checó los signos vitales y como consecuencia, no supo de qué está enfermo el paciente llamado Comarca Lagunera.
Ni los delegados de dependencias federales, ni los gobernadores, ni senadores o diputados federales, ni los alcaldes, ningún servidor público tuvo el tino de aprovechar la discreta y fugaz visita de doctor, para poner sobre la mesa alguno de los graves problemas que aquejan a nuestra querida región.
La sociedad civil fue incluida de manera prudentemente selectiva por los organizadores del evento con el sólo propósito de decir que toda la ciudadanía estuvo representada y participó en "un acto plural y democrático".
Los diversos grupos de ciudadanos activos y comprometidos con su condición civil, no fueron convocados ni incluidos, y en consecuencia, el tratamiento de los grandes temas que preocupan a los laguneros brillaron por su ausencia. A los organizadores, principalmente al gobierno de Coahuila, sólo les ocupaba que el doctor viese bien al paciente y felicitara a la enfermera que lo cuida (los gobernantes locales), ocultando que es ella (la enfermera), quien con su incapacidad, mantiene postrado al enfermo.
Nadie pudo exponer el problema de abatimiento del acuífero, del desplome del empleo y la inversión, de la megadeuda y la impunidad de los responsables, de la inseguridad. La visita sólo dejó para el anecdotario el triste papel de "la vecinita" bobalicona acomedida y de la frialdad hacia el gobernador de Durango. El resto de la visita, no merece mención alguna.
El movimiento por el Estado de La Laguna, presente en la conciencia de todos los laguneros, con más de 400,000 firmas de apoyo, no sólo no fue convocado por los gobernadores y alcaldes para discutir el tema frente a la máxima autoridad del país, sino que se mantuvo especial cuidado para impedir su presencia en el desafortunado evento.
En los momentos que vive nuestro país por los graves acontecimientos en Guerrero y Michoacán, por el estancamiento económico y la incapacidad de la autoridad en la materia para hacerle frente, lo menos que deben hacer sus gobernantes es atender los principales reclamos de la sociedad y dar soluciones. De lo contrario, no sorprenda que surjan en diferentes regiones del país, expresiones violentas de la sociedad.
Y ni modo, la "visita del doctor" no sirvió ni para que supiera de que está enfermo, menos para dar una buena receta y empezar su cura. Deberemos de hacerlo venir pronto para no tener que cambiar de médico.
