La otrora pujante ciudad de Detroit fue considerada el gran centro del capitalismo, del poder y la grandeza de los Estados Unidos. Llegó a tener 2'000,000 de habitantes y ahora, muy apenas, cuenta con 750,000.
Alguna vez Stalin la quiso copiar, deseaba construir un emporio similar en los márgenes del río Volga pero se encontró con que no podía replicar lo más importante; su espíritu y sus coches.
Henry Ford soñó para el mundo fábricas de producción masiva donde sus trabajadores fueran remunerados justa y suficientemente para que la economía se moviera con el círculo virtuoso del poder adquisitivo. Lo logró, alrededor de Detroit vivían millones de norteamericanos trabajadores que tenían un alto nivel de vida. En estos días, eso no sucede más en Detroit, solamente en algunas partes de China, Corea o Europa. Detroit se vino abajo.
Algo similar sucede en La Laguna donde cuatro de cada cinco habitantes se quieren ir de la región por falta de oportunidades y de trabajo.
¿Dónde quedó aquella región pujante y productiva del mejor algodón, mezclilla, vino o plata de la cual nos sentíamos muy orgullosos?
¿A dónde se fueron esos emprendedores que hicieron resurgir al desierto?
La región necesita oportunidades de trabajo, no teleféricos ni pasos a desnivel, ni conciertos en la Gran Plaza, ni Presidencias Municipales ni Parques Lineales. ¿Cuántos beneficios generan esas obras a la ciudadanía? A las autoridades grandes cantidades de recursos, si no, ¿de dónde sale el moche?
La región Lagunera está sumida en el abandono, está enferma, muriendo, expirando espectacularmente como alguna vez vivió. Esta región considerada la octava más importante del país en la década de los años 70 ahora no es ni la vigésima, estamos debajo de la media en competitividad y somos la séptima entidad más insegura del país según Forbes.
Edificios, comercios y casas abandonadas como fantasmas. En dónde alguna vez hubo optimismo, ahora hay melancolía. Cuando la gente pierde la esperanza por su ciudad, es que ha perdido todo. ¿Lo vamos a permitir? Creo que ya lo hicimos. El Estado de La Laguna será la manera de resucitar al muerto, unidos hombro con hombro rescatemos a la Laguna. ¡Si se puede! ¡Todos por ELLA!