Todos los laguneros compartimos el mismo sentimiento, la misma urgencia, el mismo anhelo de convertirnos en estado libre y soberano. Compartimos la misma convicción, el mismo discernimiento después de haber escuchado a nuestros abuelos, a nuestros padres.
No tenemos dudas, estamos convencidos, sabemos que no hay opción. Para tener oportunidad de desarrollar el potencial de nuestra Comarca, para aspirar a que el fruto de nuestro esfuerzo beneficie a nuestros hijos y pavimente el futuro de nuestros nietos, los laguneros queremos que La Laguna viva y viva bien. El Estado de La Laguna será el espacio en el que vamos a demostrarle a la República Mexicana, en beneficio de la Nación, de que material estamos hechos los laguneros.
Ya tenemos 350,000 voluntades expresadas en una firma que se convierte en mandato, un mandato que tarde o temprano los poderes de la Unión tendrán que obedecer. Con gran alegría nos damos cuenta de que no sólo hemos recabado las firmas sin resistencia, sin obstáculos, sin titubeos de ninguna especie. En un entorno de desconfianza como el que vivimos en Durango y Coahuila, la ciudadanía nos han entregado su nombre, su número de identificación y su firma.
Valoramos enormemente esta convicción compartida, cuyo mérito pertenece a cada uno de los 350,000 firmantes, los miembros de ELLA simplemente somos voceros del anhelo colectivo.
Pero no solamente hemos recabado 350,000 firmas, con enorme contento anunciamos que la representatividad de las firmas es casi perfecta. La distribución de la voluntad lagunera está perfectamente distribuida en los veinte municipios que por decreto del jefe de estado, integran la Comarca Lagunera. Cada municipio de la Comarca aporta firmas en un porcentaje casi igual al porcentaje de población que su comunidad aporta al total de habitantes de La Laguna.
Los laguneros somos de una pieza.