Recién cumplidos 17 años de instaurado el Sistema de Ahorro para el Retiro en el país, la cercanía de la primera generación de jubilados bajo el esquema privado tiene nerviosos a los técnicos, cuyas cuentas, de cara a la promesa de retiro digno, no les cuadran.
En la ruta, el presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, Carlos Ramírez, está planteando tres alternativas para estirar la liga y evitar el fiasco.
La primera habla de incrementar la contribución obrero-patronal del 6.5% actual al 10 ó 11, a imagen y semejanza de la que se aplica en Chile, país de donde se calcó el esquema, y del promedio de las naciones afiliadas al Organismo para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
La segunda, que de inmediato hizo levantar las cejas de las Administradoras de Fondos para el Retiro, es ajustar, es decir, reducir las comisiones que se cobran a los usuarios a sólo 1% en los próximos dos años.
Más aún, la meta sería llegar al 0.80% de las aportaciones.
Actualmente el monto es de 1.9%, en un escenario en que al inicio del esquema se alcanzaba el 6.8 y el año pasado el promedio llegaba al 1.24, lo que implicó una caída de 7%, en relación con el 2012.
El ahorro para los trabajadores según la Consar, alcanzó mil 639 millones de pesos.
La tercera alternativa habla de obligar a las siefores, es decir, los brazos financieros de las intermediarias, a diversificar sus carteras para buscar mayor rendimiento.
De acuerdo a la norma, la siefore básica, ubicada como la mayor del sistema, es decir, en la que participa el grueso de los trabajadores, tiene opción de invertir el 90% de sus carteras en renta variable, es decir, acciones de empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores.
En paralelo, se permite invertir un 30% en instrumentos de divisas, es decir, cotizados en dólares, yenes, yuanes o euros. Además, la posibilidad alcanza 30% en instrumentos burzatilizados, es decir, papeles de deuda colocados en los mercados de dinero; 20% en instrumentos estructurales, léase proyectos de construcción, y 10% en mercancías.
La baraja está lista para escoger.
La posibilidad habla de colocar parte de la masa crítica acumulada para apuntalar proyectos derivados de la reforma energética.
En Chile, durante los últimos años previos a la llegada de la primera generación de jubilados, se llegó a la audacia de invertir en acciones de empresas que cotizan en mercados sudamericanos y aun en apuestas tipo ruleta rusa, como los derivados.
En agosto del año pasado los trabajadores recibieron la sorpresa de una minusvalía en su acumulado de ahorro, que la Consar atribuyó a una caída virtual en el valor de los papeles de deuda adquiridos a largo plazo, que se corregiría cuando llegue la hora de amortizarlos.
La caída fue de 92 mil 690 millones de pesos en mayo, alcanzando en junio 72 mil 69 millones.
Sin embargo, a juicio de la propia autoridad supervisora, en la historia de 17 años del esquema son más las plusvalías.
Lo cierto es que ante la posibilidad de un fiasco a la llegada de la hora cero, a finales del sexenio pasado la Consar planteaba tres alternativas, una de ellas era disminuir el monto mínimo de pensión garantizado, es decir, dos mil 418 pesos con 41 centavos mensuales a pesos corrientes, para quienes acumularan 250 semanas de cotización.
La segunda planteaba que el gobierno le inyectara un subsidio a los trabajadores de bajos ingresos, en un escenario en que el 77.2% de los cotizantes ganan menos de cuatro salarios mínimos, en tanto el 18.2 percibe entre cuatro y 10.
La tercera propuesta, con posibilidad de impugnarse en el marco de derechos adquiridos, hablaba de incrementar la edad para el retiro.
En el nervio de la posibilidad de la desilusión, se lanzó una campaña de incentivos para promover el ahorro voluntario, con la novedad de que sólo el 5.7% de los usuarios tiene capacidad para aportaciones extraordinarias.
Por lo pronto, aunque la posibilidad de portabilidad de las cuentas, es decir, pasar de una a otra Afore la inversión, provocó la competencia de éstas en un escenario de menos comisiones y mejores rendimientos, la exigencia de bajar más las primeras las tiene al borde de un ataque de ira.
La liga se volvió laxa de tanto jalarla.
BALANCE GENERAL
En la certeza de que no habría obstáculos para el sí en las leyes secundarias de la reforma energética, el jueves de la semana pasada en la noche Petróleos Mexicanos firmó con su sindicato un nuevo escenario de tabuladores que regirá en el periodo 2014-2015.
El escenario se pactó al interior de una Comisión Mixta Revisora de Salarios.
Los ajustes que se pensaban a la baja, en el marco de la conversión de Pemex de paraestatal a empresa productiva de Estado, se fueron hacia el polo opuesto, empezando por los altos funcionarios y miembros de los diversos consejos de administración, cuyo incremento apunta a igualarlos con los de las firmas multinacionales.
En el caso de los trabajadores, se fijó un porcentaje acorde con el monto de incremento en las revisiones contractuales, por más que se negoció la compartición de tareas y la posibilidad de cambios de adscripción.
El pacto se adelantó tres días a los cambios al artículo noveno de la Ley de Pemex que exige "no afectar en forma alguna los derechos de los trabajadores en activo ni sus jubilados y pensionados", quedando abierta la posibilidad de cualquier incentivo, bono, gratificación o comisión por el desempeño laboral".
La nómina de Pemex es de 180 mil trabajadores.
REVÉS A SLIM
Colocadas en su nivel las aguas luego del espectacular golpe mediático de América Móvil al anunciar la venta de activos para sacudirse el estigma de preponderante, la correduría Morgan Stanley modificó su recomendación sobre sus acciones de "retener" a "venta".
El nuevo escenario provocó una baja más en el precio de los papeles, tras de que estos habían caído la semana pasada por toma de utilidades.
Se calcula que del dicho al hecho transcurra al menos un año para que Teléfonos de México y Telcel, subsidiarias de América Móvil, dejen de ser objeto de una regulación asimétrica.
DEMANDA FERNÁNDEZ
"Balconeada" hace unos días una llamada telefónica que cruzó con el principal accionista de Oceanografía, Amado Yáñez Osuna, Oliver Fernández Mena, accionista minoritario de la firma y socio del grupo Aknnuk, presentó una demanda por espionaje telefónico.
Ésta, planteada ante la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, apunta a quien resulte responsable.
La averiguación previa está registrada con el número FMH/MH5/TI/01439/14-07.
CRECE LIVERPOOL
Con una inversión de cuatro mil 800 millones de pesos, la cadena de tiendas departamentales Al Puerto de Liverpool le apuesta a una expansión dinámica hacia el interior de la República.
De entrada, la firma abrirá dos tiendas, una en Puebla y otra en Toluca, alcanzando el crecimiento a dos almacenes con la etiqueta de Fábricas de Francia.
Este año la cadena ha crecido 8%.