Descartado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes aceptar una política de "cielos abiertos" en materia de aviación a presión de Estados Unidos en la revisión del Convenio Bilateral en la materia, cuya última ronda se agota hoy, el jaloneo se centra en la posibilidad de lo que en el argot se conoce como "libertades".
Estamos hablando de diversas modalidades de apertura, sin llegar al extremo de operaciones de cabotaje, es decir, el que líneas aéreas del país vecino puedan realizar vuelos internos en el país.
El asunto ha dividido a la Cámara Nacional de Aerotransportes, en tanto ha unificado a los sindicatos de la industria.
Mientras el presidente del organismo, Fernando Flores y Pérez, le abre la puerta a un escenario de terceras y cuartas "libertades", sin límite en el número de designaciones en el transporte regular de pasajeros, tres de las empresas del ramo pugnan por mantener el escenario intacto.
Estamos hablando de Interjet, Volaris y Viva Aerobus. De acuerdo a lo previsto en tratados internacionales, concretamente en el Convenio de Chicago para las "libertades del aire" firmado en 1944, la tercera y cuarta de ellas permitiría mayor actividad de líneas extranjeras en el país en materia de carga y fletamiento.
La oposición de las líneas aéreas de bajo costo que le compiten a Aeroméxico se sustenta en las asimetrías entre las industrias, en un escenario en que la flota estadounidense es cuatro veces mayor a la mexicana.
Y aunque la Canaereo se opone a ampliar el escenario para las quintas "libertades", es decir, el permitir que líneas estadounidenses embarquen pasajeros, correo y carga en un país y pueda hacer lo propio en el nuestro a pretexto de hacer escala hacia un tercero, acepta que se mantenga la liga estirada hasta hoy. En paralelo, la Cámara Nacional de Aerotransportes le solicita a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en carta enviada el tres de noviembre pasado a la subsecretaria de Transportes, Yuridia Mascott Pérez, que se gestione ante la Casa Blanca la Inmunidad Antimonopólica para aerolíneas mexicanas que pretendan celebrar alianzas con sus similares de Estados Unidos, lo que favorecería a Aeroméxico.
La exposición de motivos señala que con ello se crearían nuevos competidores fuertes en el mercado transfronterizo. El argumento habla de prácticas similares aceptadas por el gobierno de Estados Unidos en favor de países como Alemania, Chile, Japón y Colombia.
La misiva subraya el apoyo del organismo a la propuesta de la SCT para otorgar terceras y cuartas libertades sin límite en el transporte regular de pasajeros, y mantener las quintas cedidas hasta hoy en convenios interiores. La solicitud habla de "otorgar transportes de fletamiento en el renglón de terceras y cuartas "libertades", y al de carga darle una mayor apertura, que pudiera llegar hasta quintas y séptimas. Sin embargo, se rechaza la posibilidad de permitir tareas de cabotaje.
Además, se exige que las negociaciones se realicen bajo criterios de reciprocidad, igualdad y beneficio mutuo para los países, "a fin de fortalecer la conectividad y competitividad del ritmo a favor de los mexicanos".
Liderados por la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores, los trabajadores del sector centran su rechazo en la posibilidad de que la competencia desigual provoque desempleo. En los últimos 10 años el sector aéreo creció sólo uno por ciento anual, lo que nos ubicó en el escalón 44 de un listado de 55 países en materia de conectividad. En el mismo lapso la flota aérea conjunta del país se situó en sólo 18 mil 398 aviones.
El escenario lo enrareció la actitud entreguista del que fuera director de Aeronáutica Civil, Alexander Argudin, al inicio de las rondas de negociación para "modernizar" el acuerdo bilateral, que se firmó en 1960.
La debilidad negociadora del país le abrió la puerta al apetito de los Estados Unidos, quien exigía de plano todo el pastel.
Habrá que estar atento al desenlace de la aeronovela.
BALANCE GENERAL
Simultáneo a la entrega de un reporte a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente en el que de acuerdo a sus propias peritajes se recobraron ya los niveles normales de las aguas de los ríos Sonora y Bacanuchi afectados por un derrame de tóxicos, el Grupo Minero México está transmitiendo en la cadena de salas Cinemex, propiedad de su accionista principal, Germán Larrea Mota Velasco, un documental con el que intenta el borrón y cuenta nueva.
La corriente parece cristalina. Las imágenes que se presentan, hablan de una empresa productora de cobre que opera bajo los estándares internacionales en materia de higiene y seguridad. Aquí, pues, nada ha pasado. Por lo pronto, la Profepa, encabezada por Guillermo Haro, está validando la entrega de la interpretación de la empresa sobre las muestras realizadas.
Se diría, pues, que el Grupo México ya la libró… al menos en la pantalla.
¿TÚ TAMBIÉN?
Primero fue el Banco de México, vía su presidente, Agustín Cartens, quien advirtió que las variables de la economía del país podían verse afectadas por los efectos de la inseguridad en el país. Ahora fue Merril Lynch.
La correduría estadounidense va más allá, al señalar que la carambola ya se dio, provocando un freno en el ritmo a que se estaba llegando a la recuperación.
Aunque la Secretaría de Hacienda mantiene su estimado de crecimiento para este año en 2.7 por ciento, el común en los analistas habla de 2.1, aunque algunos lo apuntan en 1.9 y hasta el 1.7.
El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, reconoció que los hechos de violencia en el país han impactado la imagen de México en el exterior.
ALFA SE REFUERZA
En la coyuntura de la reforma energética, el grupo Alfa de Monterrey, una de las cartas fuertes del país en materia química y petroquímica, se refuerza.
La empresa está en preparativos para una gran emisión internacional de 400 millones de acciones, lo que le redituaría mil millones de dólares.
El cálculo inicial habla que la colocación se realizaría en la tercera semana del mes que corre.
El conglomerado tiene como filial a Alpek, a quien se destinaría la mayor parte de los recursos precisos.
La intención es aliarse con Petróleos Mexicanos en proyectos petroquímicos o incrementar su participación con la firma canadiense Pacífico Rubiales.
SE VA SAN LUIS
En concordancia con la realidad, la Corporación San Luis de Antonio Maduro Bracho está cambiando su razón social a Rassini.
Este es el nombre con que opera su filial de autopartes, que al paso de los años se ha convertido en el único negocio importante del empresario.
San Luis nació como una empresa extractiva, adquiriendo la marca en 1988, logrando posicionarla a través de los años como una de las principales proveedoras de las armadoras instaladas en América del Norte y Brasil.
Colocada como emisora en la Bolsa Mexicana de Valores, la empresa cambió su clave de pizarra de San Luis a Rassini.