Para desilusión del respetable que le apostaba en una tribuna a una goliza de Estados Unidos y en otra a un gol solitario de México en un juego defensivo, el marcador de la reunión para "modernizar" el Acuerdo Bilateral Aéreo entre las dos naciones terminó 0-0, con la novedad de que el equipo visitante abandonó la cancha faltando minutos para el silbatazo final.
Nada para nadie, diría el clásico, en un encuentro que empezó con aproximaciones de gol por parte de la escuadra mexicana y terminó en medio de bostezos. Ni siquiera un triste tirititito para calentar las tribunas.
La paradoja del caso es que los equipos habían llegado a la cancha con las apuestas parejas. Se abrirían más las llamadas terceras y cuartas libertades, es decir, la posibilidad de transporte de pasajeros, correo y carga del país del norte a México y de éste al otro… siempre y cuando hubiera reciprocidad, es decir, que si dos líneas aéreas estadounidenses podrían hacerlo de allá para acá, otras tantas mexicanas harían lo propio de acá para allá.
Y aunque se planteó de soslayo la idea de las quintas libertades, es decir, la posibilidad de vuelos internos o cabotaje de empresas estadounidenses al interior del país (Toluca-Monterrey-Tijuana), la alternativa sólo pasaría cuando se aceptara el analizar ruta por ruta… pero sólo de carga.
En el caso de cuartas libertades, es decir, la posibilidad de vuelos esporádicos internos de empresas aéreas estadounidenses en el país, la intención era ratificar las existentes para los denominados vuelos chárter.
La minuta había borrado la posibilidad que planteaba el presidente de la Cámara Nacional de Aerotransportes, Fernando Flores y Pérez, de aceptar quintas, sextas y séptimas libertades, pese a que México había cedido a las presiones de Estados Unidos durante una reunión preliminar celebrada en Washington.
Lo que sí se incluía, aunque sujeta a revisión, eran la carga.
Más allá, como lo habían solicitado los sindicatos de la industria, se planteaba la exigencia de aceptar salvaguardas, es decir, suspensión temporal de los acuerdos cuando se pusiera en peligro la sobrevivencia de líneas aéreas nacionales, y la posibilidad de revisión del acuerdo en cualquier momento de su vigencia.
La mesa, pues, estaba lista para una reunión tersa. Planchada para evitar sobresaltos.
El problema fue cuando llegó el punto de la orden del día en que se planteaba la posibilidad de presentar una solicitud por escrito del gobierno mexicano a su contraparte para gestionar la Inmunidad Antimonopolio (ATI por sus siglas en inglés) a las líneas aéreas nacionales que realicen alianzas con las estadounidenses, en un escenario que aunque sin quintas libertades ya se había aceptado para países como Canadá, Alemania y Colombia.
La representación de Interjet dijo no, exigiendo la modificación del párrafo correspondiente en el acta, en cuyo escenario se favorecía a Aeroméxico, quien tiene un acuerdo con Delta Airlines.
A ello se sumarían, minutos después, Volaris y Viva Aerobús.
Miguel Alemán, Pedro Aspe y Roberto Alcántara, pues, contra la empresa número uno del país, en lo que los estadounidenses reclamaban como autogol.
El reclamo subió de tono, obligando al equipo visitante a abandonar la cancha.
La paradoja del caso es que la decisión final no fue jugar los últimos minutos que le quedaban al partido, sino realizar otro completo, en una fecha aún no determinada.
La esperanza de México en el borrón y cuenta nueva para un acuerdo que debe ser ratificado por el Senado, es que se suspendió a un jugador que portaba la camiseta pare, le mandaba pases al equipo contrario y le tiraba cañonazos a su propia portería.
Alexandro Agudín fue sustituido por Gilberto López Mayer como director general de Aeronáutica Civil.
0-0.
BALANCE GENERAL
Aunque en el consabido comunicado de prensa del banco se habló de que la salida de Troy Wright como director general del Scotiabank México obedecía a una nueva misión en Toronto, sede central del banco, lo cierto es que éste no trabajará más en la intermediaria canadiense.
La remoción obedeció al fracaso de una estrategia mercantil denominada "Crédito de Volada", en cuyo escenario se simplificaban al mínimo los trámites, al punto de prácticamente convertirse la ruta en préstamos a la palabra.
La puerta le abrió camino a un crecimiento espectacular de la cartera vencida.
El caso es que el banco registró al tercer trimestre del mes una caída en sus utilidades de 56 por ciento en relación con el mismo lapso del 2014, lo que irritó a la matriz.
La decisión de cambio fue fulminante.
Lo curioso del caso es que, contra la costumbre del banco del país de la hoja de arce de colocar compatriotas al frente de su filial en México, ahora se optó por un mexicano, el exdirector general de Banamex, Enrique Zorrilla.
A diferencia, pues, del Citigroup de los Estados Unidos, el Scotiabank le dio el espaldarazo al nacional.
AT&T CON TODO
Aunque la operación está aún sujeta a la aprobación de la Comisión Nacional de Competencia Económica, la AT&T de los Estados Unidos ya prepara la mesa para crear con la adquisición de Iusacell, una red de servicio móvil en América del Norte, cuyo abanico cubrirá a 400 millones de consumidores.
Un competidor de peso completo, pues, para América Móvil del magnate Carlos Slim, en la paradoja de que el candidato más viable para adjudicarse los activos en venta de la firma mexicana era la propia empresa de allende el Bravo.
Más allá del sí de la autoridad antimonopólica, la operación por la firma que mantenía el Grupo Salinas de Ricardo Salinas Pliego se consolidara una vez que se cierre la operación por medio de la cual recuperaría la mitad del capital que le había vendido a Televisa.
AT&T ampliará la red, en la certeza, a decir de su presidente, Randall Stephenson, de que el internet móvil en México todavía está en su infancia.
Con los recursos que recibirá Iusacell se apuntalará la creación de una red de banda ancha de clase mundial.
La empresa tiene entre 20 y 25 megahercios de espectro en la banda de 800 megahercios que alcanza el centro y el sur del país.
El acuerdo no incluye a Total Play, una empresa filial de Iusacell para servicio de televisión de paga y banda ancha, cuya operación la mantendrá el grupo Salinas.
MEGALICITACIÓN A PRUEBA
A escasos días de la segunda madre de todas las licitaciones en materia de abasto de medicinas al sector salud, en la que están en juego contratos por 60 mil millones de pesos, existe nerviosismo entre las organizaciones de fabricantes de fármacos como la Asociación Mexicana de la Industria Farmacéutica, la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicinas y aun la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica de que se repita algún escándalo.
Se habla, por ejemplo, de que la Distribuidora Savi estaría participando bajo prestanombres como las empresas Santo Tomas o Pontamed, dada la posibilidad de que el órgano de control interno del IMSS la inhabilitara por presentar un registro sanitario falso para la adquisición de un medicamento llamado Daxorubicina, en el fragor de la primera megalicitación.
La firma se defiende señalando que la falta es responsabilidad de los laboratorios Zurich Pharma.
De hecho, ya entregó la correspondiente carta de respaldo recibida.
El problema es que el registro verdadero se entregó un mes después de cerrada la licitación.
En el escenario de dimes y diretes lo que está en juego es la autoridad moral de la Secretaría de la Función Pública.
