A la callada, pese a que la nueva legislación que la rige obliga a la transparencia, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores acaba de multar a la Bolsa Mexicana de Valores por las frecuentes caídas en el sistema que vuelven inciertas las operaciones cotidianas en el piso de remates.
Solamente el año pasado se acumularon 20, atribuibles a los esquemas primitivos con que opera el organismo bursátil, reacio a invertir en su modernización o actualización. Lo insólito del asunto es que tres semanas después de aplicada la sanción, la Bolsa, en su calidad de emisora, no ha dado a conocer el hecho como asunto relevante, de cara a los inversionistas. Y lo inaudito del caso es que ha trascendido en el organismo bursátil que su presidente, Luis Téllez, aceptó que se le impusiera el castigo a cambio de que la propia Comisión Nacional Bancaria y de Valores despidiera a su vicepresidente de Supervisión Bursátil, Carlos Quevedo… quien insistió en la multa.
"Múltame, pero deshazte de Carlos Quevedo", le diría el exsecretario de Energía a su amigo, Jaime González Aguadé, presidente del organismo supervisor.
Chivo expiatorio, pues, ante la obsolescencia de los equipos y los sistemas.
La paradoja del caso es que el organismo bursátil no tiene dinero para modernizar, pero sí para repartir.
Le acaba de entregar a sus accionistas un dividendo de 646 millones de pesos… lo que de pasadita le permitió asegurar la reelección del propio Téllez. La paradoja del caso, además, es que en la coyuntura de la reforma financiera recién llegada a escena, la Bolsa Mexicana de Valores invirtió en el proyecto Mila, el eje de las plataformas electrónicas de las Bolsas de Chile, Colombia y Perú… pese a que de acuerdo a los expertos se trata de un experimento fallido. Se diría que se trató, simplemente, de tomarse la foto para plantear un escenario de internacionalización de la Bolsa. En la misma ruta, el organismo bursátil invirtió en acciones de la Bolsa de Valores de Lima, cuya apuesta le ha generado fuertes pérdidas.
Éstas permanecen ocultas bajo siete llaves.
Ahora que la Bolsa Mexicana de Valores ha venido ocultando las pérdidas constantes en el Mercado Mexicano de Derivados, conocido como MexDer.
El organismo se ubica en quiebra técnica, al ser mayores sus deudas al valor de sus activos. El quebranto ronda los 400 millones de pesos.
La gran pregunta es si éste le pasó de noche no sólo al presidente del Comité de Auditorías, Alfonso González Migoya, sino a la firma Deloitte responsable de la auditoría externa… por más que ésta se nutre de la información que le proporciona la propia auditada.
Mexder, al igual que Asigna, acumulan ya varios trimestres con números rojos, que la astucia de los cercanos a Téllez han tapado con los resultados positivos de otras de las empresas del grupo.
Y si le seguimos con el ramillete de rarezas, hete aquí que la Bolsa se quiere hacer del capital accionario del Instituto del Depósito de Valores, conocido como Indeval, para la cual se está pidiendo un préstamo bancario.
La operación ya fue aprobada por el Consejo de Administración. Curioso caso, pues, de una empresa que entrega buenos dividendos a sus accionistas, pero se endeuda permanentemente y no tiene recursos para evitar constantes caídas del sistema, pese a que en el papel se tuvo la supervisión permanente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
Por lo pronto, está en el ropero de la opacidad el monto con que se multó al mercado bursátil.Y dicen que la sanción tendría reversa en cuanto llegue el sustituto de Carlos Quevedo.
Las cosas que se ven sólo en México.
BALANCE GENERAL
La novedad que plantean las leyes secundarias en material de la reforma de telecomunicaciones es la posibilidad de las llamadas concesiones sociales, es decir, la opción de ofrecer servicios de telefonía fija o móvil en comunidades rurales dispersas.
Naturalmente, la ruta se apoyaría con algún subsidio directo o indirecto.
Hasta hoy sólo se había entregado, a título experimental, una concesión similar en telefonía móvil. Esta se le concedió a la empresa Rhizomotica, quien opera desde marzo pasado en la sierra norte de Oaxaca.
La alternativa, dado lo abrupto del terreno, se apuntala en el espectro radioeléctrico de 860 megahercios.
Durante años Teléfonos de México se había quejado que las firmas que le llegan a competir soslayaban el ubicar sus señales en los lugares recónditos del país, concentrándose en las grandes ciudades para aprovechar la infraestructura del coloso.
SIEMPRE SÍ
Rechazada por la juez especializada en telecomunicaciones, Silvia Cerón, la posibilidad de un amparo a las firmas del magnate Carlos Slim, América Móvil y Telcel, ubicadas por el Instituto Federal de Telecomunicaciones como preponderantes, la par de ésta admitió la solicitud, sólo que de cara a los artículos que se impugnan de la reforma.
Dicho con todas las letras, se revisará la constitucionalidad de la medida, no ésta como tal, por lo que no hay suspensión del acto reclamado.
Naturalmente, el juicio lo puede detener la ausencia de leyes secundarias.
BATEAN A SINDICATOS
Impugnado judicialmente por los tres sindicatos de Mexicana de Aviación el nombramiento de Alfonso Ascencio como síndico de la quiebra de la empresa, por considerar que enfrentaba un conflicto de interés, finalmente el juez de la causa rechazó que hubiera alguna ilegalidad.
La objeción se apuntalaba en que el ungido ha sido abogado de la línea aérea Volaris y se mantenía hasta hace unos días como representante de ésta ante la Cámara Nacional de Aerotransportes.
MEJORES EMPRESAS
La quinta edición del recuento de las mejores empresas medianas mexicanas entró en su fase final, tras cerrarse la temporada de inscripciones.
La convocatoria es una iniciativa de Banamex, Deloitte y el Tecnológico de Monterrey, para reconocer el nivel de gestión de negocios, las estrategias financieras y las prácticas y procesos de negocios.
Sólo compiten las firmas que facturan entre 100 y cinco mil millones de pesos, y que tengan una antigüedad mínima de cinco años, de los cuales al menos dos consecutivos registren utilidades.
El reconocimiento apunta a 12 empresas.
CRECE INTERJET
Descartada la posibilidad de un eventual regreso de Mexicana de Aviación a las pistas, tras la compra de la razón social por algún inversionista, Interjet sigue reforzándose.
La empresa encabezada por Miguel Alemán Magnani acaba de hacer un pedido de 60 aviones para incrementar su flota: 40 Airbus 320 y 20 Superjet 100.
La firma está en tratos para asumir las rutas que mantenía Mexicana de Aviación hacia Centro y Sudamérica.
En el terreno nacional está instalando un hub en Mérida para abarcar el sureste del país.