Acostumbrada a 'los madrugones' desde que tenía que compaginar el periodismo y la literatura, la escritora retomará la elaboración de su nuevo libro nada más regresar a España, tras 15 días viajando por México, Colombia, Ecuador, Chile, Uruguay y Argentina, aunque regresará a Latinoamérica en noviembre. (ARCHIVO)
Inmersa en la escritura de una nueva novela que "vuelva a conquistar a los lectores", la escritora española Julia Navarro saborea en Buenos Aires el éxito de "Dispara, yo ya estoy muerto", un libro "de personajes con una gran carga emocional" enmarcado en el conflicto de Oriente Medio.
"Para mí es la novela más difícil y más compleja que he escrito, por la cantidad de personajes que manejo, dos sagas familiares, es decir varias generaciones. Son tantos que me preocupaba construir un relato que pudiera perder a los lectores", asegura Navarro en una entrevista con Efe.
"Dispara, yo ya estoy muerto" (Plaza & Janes) supuso para la escritora y periodista tres años de encierro y de "un intenso trabajo, porque escribir es un trabajo, hay que sentarse delante de la pantalla vacía todos los días te apetezca o no", subraya.
El esfuerzo valió la pena porque Navarro se siente satisfecha con la empatía que se ha establecido entre los protagonistas del libro y sus lectores que, finalmente, "son los que siempre te juzgan y a los que hay que volver a conquistar en cada novela".
En la Feria del Libro de Buenos Aires, donde firmó ejemplares de "Dispara, yo ya estoy muerto", la escritora tuvo la oportunidad de comprobar que su público latinoamericano ha ido creciendo "pasito a pasito" desde que se adentró en el mundo de la literatura hace diez años con "La hermandad de la Sábana Santa".
"Ha sido una experiencia fantástica porque esta es una Feria muy de lectores, que participan mucho. Estoy muy contenta porque he visto que mis libros han ido creciendo en número de lectores y ventas uno tras otro. Del primero a este ha habido una gran diferencia", asegura.
El periodismo, profesión que tuvo que dejar a un lado "por una cuestión de salud" después de su tercera novela, "quizá si hubiera tenido 30 años lo hubiera podido compaginar", puntualiza, le ha servido de inspiración para sus historias, aunque no siempre porque, "las ideas vienen de repente, no sabes como".
"Cada novela mía responde a un estado, parece que te busca a ti, que sale a tu encuentro. Puede ser una circunstancia, algo que lees en el periódico, una frase que escuchas. En este caso quería hacer una reflexión sobre la lucha de los seres humanos contra las circunstancias, cómo nos marcan y cómo las intentamos cambiar", señala.
Para Navarro ese era el objetivo principal de "Dispara, yo ya estoy muerto", donde el conflicto palestino-israelí es solo el telón de fondo, "por eso termina en 1948", remarca.
"No es un libro de judíos, es de personajes. Son dos sagas familiares, una judía y una palestina. Es un libro en el que quería que el lector empatizara con ambas partes, que conocieran la historia de unas personas que están en un escenario que no han elegido, que es lo que les ha tocado vivir, y creo que lo he conseguido", afirma.
La clave, asegura, es haber creado protagonistas "llenos de claroscuros para que los lectores los sintieran como reales. Son personajes poliédricos, que no dejan indiferente. Los lectores sienten que se los pueden encontrar en cualquier esquina y en cualquier momento".
Y mientras trabaja en ellos, Navarro, una lectora "absolutamente heterodoxa" y defensora del respeto a la propiedad intelectual, "más allá de que la gente lea en el formato que quiera porque cada uno es libre de elegir", evita leer novelas.
"Leo ensayo, filosofía, lo que sea menos novela, porque no quiero que otros personajes terminen metiéndose en la mía", explica.
Acostumbrada a "los madrugones" desde que tenía que compaginar el periodismo y la literatura, la escritora retomará la elaboración de su nuevo libro nada más regresar a España, tras 15 días viajando por México, Colombia, Ecuador, Chile, Uruguay y Argentina, aunque regresará a Latinoamérica en noviembre.
