Panorama. En estas condiciones está la autopista Durango-Mazatlán, en sus primeros kilómetros.
Durante los meses recientes han sido recurrentes las quejas de usuarios de la autopista Durango-Mazatlán, inaugurada por el presidente de la República, Enrique Peña Nieto el 17 de octubre de 2013. La razón: esta carretera, anunciada como uno de las obras de ingeniería más importantes de América Latina, presenta problemas severos en el pavimento a menos de un año de haber iniciado su operación al cien por ciento.
El 31 de marzo del presente año se informó por parte del Gobierno del Estado y de Caminos y Puentes Federales (Capufe) que se destinará un monto por el orden de los 520 millones de pesos para trabajos de mantenimiento de esta rúa, por la que diariamente transitan en promedio siete mil 500 vehículos.
Sin embargo, han pasado cuatro meses desde que se difundió que se comenzarían con algunas acciones para mejorar las condiciones de la cinta asfáltica de esta carretera, sobre todo de los primeros 50 kilómetros, que corresponde el tramo de Durango a El Salto, en el municipio de Pueblo Nuevo.
En un recorrido realizado por esta casa editora, se pudo constatar las malas condiciones en que se encuentra esta vía de comunicación terrestre, en el que además se apreció nula presencia de maquinaria y personal para tareas de mantenimiento.
En la primera caseta, que corresponde a Garabitos, se realiza un cobro de 58 pesos como peaje. Pero apenas se comienza a circular cuando se observan señales de baches en el pavimento, los cuales fueron cubiertos, aunque la superficie muestra condiciones irregulares.
Se llega al kilómetro 31 y el panorama no es nada agradable para el turista que busca llegar al puerto de Mazatlán o Durango, pues tiene que hacer un alto o bien reducir la velocidad al mínimo para sortear algunos hoyancos que se localizan en el lugar.
Cuatro kilómetros más adelante de nuevo hay problemas, y más severos; los daños por la falta de mantenimiento son más notorios: sin embargo, no se observa personal trabajando en el sitio. Si acaso está la señalética regular.
En este tramo hay un depósito de basura y de agua para que puedan hacer uso aquellos viajeros que decidieron transitar por la autopista que tardó más de diez años su construcción y en donde se invirtieron más de 24 mil millones de pesos.
Si bien el paisaje de la Sierra de la Durango, es único, contrasta el pavimento dañado, en particular cuando se llega al kilómetro 45. Los vehículos particulares tienen que sortear los hoyos para evitar posibles descomposturas y que esto les impida llegar al Pacífico.
La segunda caseta que se localiza en Llano Grande tiene un costo de 77 pesos y después de llegar a la misma, continúa el mismo panorama: no hay trabajos de rehabilitación.
Son más de 50 kilómetros en donde se dificulta el tránsito y en donde tienen que pagar 137 pesos para circular de Durango a El Salto; el traslado completo hasta Mazatlán tiene un costo de 506 pesos.
