La noticia de fin de semana es la aprobación de las leyes secundarias en materia fiscal, eléctrica y energética que fue de inmediato comunicada en todos los medios por los líderes del Congreso; sin embargo nada es gratuito en lo que se refiere a la reforma energética promovida por el presidente Enrique Peña Nieto ha dividido a la opinión pública y de la misma manera hay una inconformidad manifiesta en el sector empresarial por lo que se refiere a la reforma fiscal, economistas y analistas financieros e industriales coinciden en que la reforma fiscal es la principal causa por la que la economía mexicana creció sólo 1.8% en el primer trimestre según datos del INEGI, a lo anterior hay que considerar que tenemos un pronóstico de crecimiento para este año en un 2.4% debido a los ajustes que se han realizado por el freno en el crecimiento de nuestra economía y sin duda alguna tenemos un mercado interno débil que no repunta como ya lo he mencionado en otro de mis artículos.
Aun cuando para el grueso de la población es difícil conocer a fondo los complicados enunciados de estas leyes, en lo personal lo enmarcaría en una forma sencilla y simple: la iniciativa en leyes secundarias para el sector energético busca crear nuevas instituciones y procedimientos claros y medibles que puedan regular las empresas pertenecientes tanto al sector petrolero como a la CFE, así como modificar el régimen fiscal de las mismas; en el sector energético entre múltiples puntos claves lo principal y no porque el resto carezca de importancia se trata de abrir para el sector privado la transformación, extracción y logística de hidrocarburos y hasta donde lo entiendo la venta pública de gasolinas se abrirán de una manera paulatina. Por razones de espacio no trato de introducir otros aspectos relevantes de estas reformas.
Desde luego como lo apunté en mi artículo anterior, en lo personal me incomoda que antes de entrar a discusión y análisis de las reformas a Pemex y CFE lo importante de inmediato fue dejar intocable las múltiples canonjías de los sindicatos de dichas empresas, que desde luego entendemos que no se trata sólo de los trabajadores más bien de las prioridades que tienen en las negociaciones los logros para sus dirigentes .
A pesar de ello debemos de reconocer que con fallas y riesgos que sólo se verán cuando se pongan en práctica por el momento es que ya se tienen aprobadas y esperemos que pronto queden constitucionalmente establecidas; las reformas estructurales son innovaciones o modificaciones a nuestra esencia política, social y económica que implican actualizarnos a las nuevas circunstancias mundiales e internas en nuestro país, se requiere que los protagonistas de esta historia no se trata de ganar posturas políticas se trata, de encontrar el camino correcto para que Gobierno y la IP puedan negociar formas convenientes para las inversiones con el fin de que fluya capitales internos y externos de inversión fija y consistente para la buena marcha de nuestro país.
El propio secretario de Hacienda, Luis Videgaray, advirtió que estas reformas tienen costos y que sus beneficios no son inmediatos, que, precisamente, también me referí en otra ocasión a la desinformación por un enfoque mal encaminado a la opinión pública que hacía aparentar que los beneficios se verían de inmediato.