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Ensayo sobre la cultura

LAS FECHAS QUE DEBIERAN SER ALGO

JOSÉ LUIS HERRERA ARCE

El Buen Fin fue un fiasco; la razón principal es que los comerciantes dieron atole con el dedo y las rebajas fueron ficticias. Muchos compradores buscaron precios desde antes y se dieron cuenta de que, para la ocasión, se subieron los precios y después aplicaron un descuento, quedando el precio igual o mayor al que tenían. Tal vez lo que la gente aprovechó fue el crédito, no dándose cuenta que con los intereses va a pagar mucho más, o a lo mejor no tiene intención de pagar.

Si hubieran sido las reglas apropiadas, la idea tuviera funcionalidad; que la gente esperara la fecha con ansia para hacerse de las cosas requeridas a los mejores precios, pero como ya sabe que todo es mercadotecnia o pura vacilada, la voracidad de los comerciantes habrá de pagar sus pecados; engaña una vez, no dos, eso es una máxima de la publicidad.

Las mitologías se construyen y cuando no funcionan se desechan. Hay que invertirles, eso lo saben muy bien nuestros parientes del norte, que desde el Día de Gracias hasta Navidad le invierten a la ambientación de las ciudades y así todo el mundo espera encendido del gran árbol navideño y que se canten los villancicos en las esquinas de los centros comerciales. Todos los años se repite el "Cuento de Navidad" de Dickens, a lo mejor no se saben otro, pero les funciona y han sabido aplicar el sincretismo a la fecha religiosa para convertirla en una fecha comercial que también cultiva el espíritu de la fraternidad.

El comerciante mexicano cree que le tienen que comprar por obligación, para qué invierte si la gente cae en su establecimiento como moscas en un pastel y se llevará la mercancía que cree necesitar al precio que se le dé. Lo hará mientras que la fecha le funcione, cuando el espíritu se le cansé dejará de hacerlo.

Las mitologías son las historias que nos ayudan a sobrevivir cotidianamente. Si no llegáramos a Navidad y a las vacaciones de verano, vivir sería tormentoso. Estoy de acuerdo que el trabajo dignifica al hombre, pero el trabajo que lo llena a uno, no el que le sirve al patrón o a la institución para enriquecerse. El trabajo sirve para acumular satisfacciones y satisfactores, si no, ¿qué otro motivo tendría para trabajar?

El aguinaldo es el premio a mi trabajo, el ahorro que durante el año ha logrado mi esfuerzo y con el cual puedo complacer un poco mejor la felicidad de mi familia, El que piense que sólo es para él se equivoca, quien olvida a la familia será siempre un despreciable infeliz. ¿Por qué mi aguinaldo va a ir a parar a los bolsillos de un comerciante a cambio de nada o de la burla del descuento? Al comprar, pago también por el ambiente, si no, es preferible guardarlo para cuando se ofrezca, o irlo a gastar en donde si se ha invertido en la fecha.

Dicen que en la Diagonal Reforma van a poner piñatitas, pues que las pongan, y antes ponían foquitos en la Colón y en el Centro y había concursos de belenes o nacimientos y cánticos en las esquinas. Hoy, parece ser, que sólo nos quedan políticos voraces y comerciantes con falta de imaginación.

Este es un trabajo para nuestra Dirección de Cultura, crear el ambiente cultural necesario para que nuestro espíritu se renueve. Hubiera comenzado con un gran grupo de danzantes Guadalupanos, de sus vestuarios, o de reliquias de San Judas Tadeo. Tantas cosas que pueden hacerse, aparte de cobrar.

Y las posadas, y las pastorelas, y las colaciones, con tantos problemas que también afectan a la iglesia, vamos perdiendo la fe en la tradición; mas yo me aferro, si no se llega a el oasis cíclico, la vida es un tormento.

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