Desde los primeros tiempos, el hombre ha manejado la realidad por medio de un sinnúmero de historia con las cuales ha creído entender el funcionamiento del universo y de la naturaleza. La mayoría de esos cuentos fueron falsos, sin embargo, se convirtieron en el punto de partida para relacionarse con el mundo.
Las pinturas de las cuevas de Altamira, en España, eran una forma de apropiarse del espíritu del bisonte que iban a cazar. La mitología es el inicio de las grandes culturas que fueron mezclando esas historias fantásticas y construyeron Olimpos en las cumbres de las grandes montañas y después los hicieron emigrar a los cielos.
El mito explica un aspecto de la naturaleza y los posibles enfrentamientos que hubo entre las fuerzas que ésta provoca como modo de entender a los fenómenos que directamente los afectaba. Los pueblos agrícolas aprendieron a ver al firmamento y a darle nombre a las estrellas porque descubrieron una relación entre lo que pasaba en la bóveda celeste y lo que sucedía en la tierra. Así se pudo establecer un calendario, medir el tiempo y saber cuando se debía plantar y cuando cosechar.
Las maneras en que se expresaban estos mitos nos hacen comprender cual era la visión sobre la vida de los pueblos. Así, descubrimos que los griegos son trágicos porque piensan que su futuro ya está escrito y no hay nada que les pueda evitar el destino.
La mayoría de las historias tiene su génesis en la tradición oral, lo cual significa que pertenecen a la tradición y van de boca en boca, por lo tanto, cada generación tiene la posibilidad de aumentar o disminuir datos a la historia o hacerla más fantástica y menos real, de tal manera que ya no se sabe si el suceso narrado es meramente producto de la imaginación o parte de un suceso verídico. La Ilíada se pensaba que había sido una guerra imaginaria y sin embargo, siguiendo los datos del libro, se encontraron los vestigios de lo que se supone fue Troya. Entonces, se le comenzó a dar veracidad a la historia.
El símbolo sirve para representar una realidad. En las antiguas culturas, no había un modo de entender las cosas y era necesario construir esos universos para poder manejar los hechos cotidianos. La cultura va acumulando un sinnúmero de símbolos porque no se puede desprender de estas herramientas para subsistir.
El lenguaje en sí es un símbolo, o una relación entre familias simbólicas. La palabra escrita representa al lenguaje hablado que a su vez representa la idea, es la forma en que la civilización llevó a plasmar una idea en una hoja de papel.
Así, las mitologías explicaron la creación del mundo y su devenir, comenzando con la relación de las fuerzas naturales, hasta la creación del hombre. Lo más importante, a partir de estas historias, es que las sociedades encontraron su sentido de la vida y pudieron cultivar valores.
La función del símbolo no se queda ahí, se utiliza en todas las necesidades humanas. Se utiliza en los objetos, en los vestidos, en los monumentos, en las relaciones humanas. Los utensilios no solamente son cosas para usarse, muchos de ellos representan. Por ejemplo, la ropa compone un lenguaje que está lleno de reglas gramaticales que hablan de las posibles combinaciones o lo apropiado para cada ocasión. Si saltamos al mundo de la moda, la prenda costaría más por su pertenencia al mundo de lo simbólico que al mundo de la indumentaria útil para defenderse de la naturaleza.
La mente escrutadora del hombre utiliza la ficción y los símbolos para entender el movimiento de las sociedades o las características de un determinado modo de ser. Tiene muchos tipos de acercamientos, el más tradicional es por medio de la representación. Todas esas historias que nos hemos venido contando a través del tiempo, son reflexiones sobre el mundo. Las mil y una noche, la lírica antigua, los romances, los corridos, hablan sobre la epopeya de las diversas civilizaciones. Así como los héroes existen en las historias, también existen en la realidad.
La historia sigue siendo funcional a diversos niveles. La fantasía te puede enriquecer la imaginación. Ha llevado por buen camino a la evolución porque primero nos hemos imaginado las posibilidades de un futuro y luego hemos inventado la forma de hacer verídica esa realidad. Julio Verne habló del cohete a la luna y del submarino antes de que éstos existieran. H.G.Wells te habla de otras posibilidades que posiblemente no lleguemos a ver como el viaje en el tiempo.
Sin la ficción, la humanidad no hubiera llegado a ser lo que es.
