¿Estaremos entrando a otra edad media?
Cito del libro El mundo perdido de los visigodos:
"En la base de todo este proceso estaba la crisis socioeconómica que desde el siglo III venía sufriendo el mundo romano. Efectivamente, desde ese siglo la decadencia de la industria artesanal de la mitad occidental del imperio, víctima de la competencia oriental, es evidente y se traduce en la ruina de la vida artesanal de muchas ciudades. Por lo que a la agricultura se refiere, la competencia, especialmente de Egipto (gran productor de trigo para abastecimiento de Roma y de los ejércitos imperiales) y de otras regiones de África y de Asia menor, había provocado la decadencia de la producción agrícola de las regiones occidentales del imperio.
A la vez iba desapareciendo en ellas la pequeña propiedad libre, en beneficio del desarrollo de grandes latifundios cultivados por grupos de esclavos o por colonos cada vez más vinculados a la tierra…
…La competencia de los grandes países productores de Oriente, había obligado a muchos pequeños campesinos libres, endeudados por este proceso, a vender sus tierras a comerciantes enriquecidos gracias a sus negocios de importación de productos orientales…
…La inseguridad de la época - ante las incursiones bárbaras o la exigencias del fisco- inducían a los pocos propietarios agrícolas, cultivadores directos de sus lotes de tierra que iban quedando a entrar bajo la dependencia y protección de algún gran latifundista…
Las semejanzas son claras. Es Oriente, donde actualmente se concentra la gran producción de artículos industriales que invade Occidente. Los grandes inversionistas son quienes obtienen las ganancias, mientras que los pueblos se van quedando sin fuentes de trabajo, por lo que tienen que buscar maneras de subsistir, lo que ha traído como consecuencia la inestabilidad social que ahora padecemos. Las misceláneas cierran y proliferan las tiendas de conveniencia.
Por suerte, a nuestros políticos no les gusta leer y se engolosinan con los paraísos utópicos que los actuales imperios les presentan. La clase media va desapareciendo para irse a juntar con las clases bajas, mientras que los pudientes se van a encerrar a las colonias exclusivas creyendo así escapar de las calamidades que la sociedad en
general está sufriendo.
El obrero sin trabajo ¿de dónde va a comer? Ojalá y me lo respondieran nuestros sesudos políticos. Cito otro libro, Otra historia de España de Fernando Díaz-Plaja: “Orgullo local no les permitía unirse en un lazo común, todo lo cual les privaba de fuerza para repeler las agresiones venidas de fuera”. Sólo así puede comprenderse la facilidad con que los forasteros se pasean por aquella España, utilizándola para sus empresas comerciales…
Después de haber perdido la mitad de nuestro territorio, deberíamos de haber aprendido algo. Insisto, a nuestros políticos les parece innecesaria la lectura, la literaria o la histórica. Cuanto se aprende al leer sobre el pasado y al hacerlo sobre el presente encontrando las igualdades y diferencias con la finalidad de poner remedios a la hora necesaria.
Estamos metidos en los libres comercios que no nos trajeron las fábricas nuevas, sino que al contrario, han hecho cerrar las existentes haciéndonos consumir productos que nosotros no producimos, pero sí necesitamos. A pesar de los desastrosos resultados, nos empeñamos en ofrecer ahora nuestras riquezas naturales, para que Pedro ande por su casa y después diga que los que salimos sobrando somos nosotros.
Aislarnos los unos de los otros sólo va a hacer más fácil nuestro sometimiento. En este proceso, nadie se salva. Qué difícil es comprender lo que parece claro y obvio. La quiebra mundial de la banca, el endeudamiento, las devaluaciones, la pobreza extrema, la inseguridad, la falta de empleos, la corrupción sindical, el futuro más incierto que nunca… Ya era como para hacernos pensar con el fin de ir encontrando pequeñas soluciones.
Pero la lectura es inútil. Sólo te crea conflictos.
