Es hora de poner los tamales

"Con dos tiene", sentencia doña Chela sobre sus tamales. El próximo 5 de febrero cumplirá 31 años de dedicarse a embarrar masa en las hojas de tamal. A sus 69 años se levanta desde las 6 de la mañana para poner las ollas en la estufa.

Cada Día de la Candelaria vende aproximadamente tres mil tamales, el más solicitado siempre es el de chile rojo. Pero hasta ahora no hay quien desprecie los de verde, rajas, chicharrón, frijoles o los de dulce.

"Ese día empezamos desde la madrugada, porque a mí me gustan que sean del día. Todo el día hay venta. Cada año aumenta la tradición, todo mundo quiere pagar los tamales de la Rosca de Reyes".

Graciela García Gálvez o "Chela", como le dicen todos, tenía una frutería donde comenzó a vender tamales, sólo media olla. Con el paso de los años, los clientes iban a su negocio sólo para comprar tamales.

El secreto de los olores que emanan las cazuelas donde se guisa el pollo en salsa verde o el sabor del chile colorado, no es de Chela. 50 años atrás su madre la guiaba en las porciones precisas de las especias.

"Mi madre y yo vendíamos en la Alianza, como teníamos una bodega también nos llevábamos nuestras ollas. Nada más trabajábamos los fines de semana".

Los tamales de Chela son famosos por su sabor, pero, además por el trato que les da a sus clientes, ella misma se encarga de atenderlos.

"Hacemos los tamales con mucho empeño y procuramos todo lo mejor para que salgan buenos y no salgan crudos".

Rajas con queso, es el tamal preferido de Chela. Diario se come uno o la mitad y es que a ella le encanta el sabor del chile crudo y como suelta su jugo cuando los pone a hervir.

 'PARA TODO MAL, TAMAL Y PARA TODO BIEN, TAMBIéN'

A las ocho de la mañana llegan las empleadas de Chela, son cinco mujeres entrenadas en el arte de amasar y embarrar. Cuando ellas se preparan para empezar con su trabajo, Chela ya tiene la carne y el pollo cocidos. Un par de mujeres limpian el chile rojo, otras asan el chile verde y luego viene la hora de moler.

"Ellas los muelen y guisan, pero siempre yo les pongo lo que sigue, sus cominitos. Al pollo su pimienta y a los de dulce su canela y nuez".

Para preparar los guisos que llevan los tamales hay que desmenuzar la carne de pollo y guisar la carne, además de lavar hojas.

"A las 12 ó una de la tarde es la hora de la embarrada, es lo más fácil. Ya para las cinco o seis de la tarde ya terminamos".

Diariamente preparan 800 tamales, ya sea para cubrir los pedidos, sus clientes frecuentes y hasta para los antojados que llegan al negocio.

A los clientes de Chela no le gusta enchilarse, buscan un punto exacto donde puedan comerlos y apreciar los sabores sin sentir que les arde la boca. A veces el chile sale picoso y otras no, para todo eso Chela siempre tiene remedio.

Hace dos años incluyó entre su lista de tamales, los de chicharrón y frijoles. Dos guisos que sus clientes le demandaban. Para este año Chela tiene pensado hacer un nuevo guiso para sus tamales: Chorizo con queso.

En el negocio de Chela siempre hay tiempo para platicar y reirse mientras cocinan. Eso sí, siempre están hay que estar atentas de "menear" las ollas.

Significado de la fiesta

Ignacio Mendoza Wong Sánchez, director de Comunicación Social de la Diócesis de Torreón, explicó que el significado del Día de la Candelaria, que hoy se celebra, para el catolicismo es Cristo que se presenta como luz para la humanidad entera.

"De ahí viene el nombre de la Candelaria, viene de la Candela que es luz y la celebración se hace con un ritual de luz. Se bendicen las velas y se recuerda que Cristo es luz del mundo".

Detalló que el ritual oficial litúrgico se realiza en la misa, donde se encienden las velas y se realiza una procesión para iniciar la eucaristía.

Indicó que se trata de una fiesta litúrgica, es decir, oficial en la iglesia. Celebra la purificación de la Virgen María que de acuerdo al rito judío tenía que ir al templo y ofrecer un sacrificio

"Tradicionalmente la fiesta se hace 40 días después de la fiesta de la Navidad, o del nacimiento de Jesucristo, en la dimensión popular ha adquirido muchos matices, es la fecha en que la gente 'levanta' al niño Dios".

La festividad de la religiosidad popular, dijo el sacerdote, va unida a quienes el 6 de enero encontraron en la Rosca de Reyes la figura del niño Dios. El ritual de "levantar" al niño Dios es más casero y generalmente inicia con el rezo del rosario.

"En un momento determinado la madrina del Niño Dios, o quien tiene esta encomienda, levanta al niño Dios y en algunos lugares hasta lo colocan en una sillita especial y lo ofrecen para la veneración de la gente con la expresión de un beso. Luego vienen los tamales".

Acotó el padre Ignacio Mendoza que para muchos fieles la culminación de la Navidad llega hasta que se "levanta" al niño Dios.

"Aunque la Navidad terminó desde antes, todavía hay muchas familias que tienen su nacimiento puesto en casa. Me ha tocado ver que algunas familias conservan la imagen del niño durante todo el año, depende mucho de las distintas tradiciones que se tengan".